[resumen.cl] Las comisiones de Seguridad y Defensa unidas del Congreso aprobaron la polémica indicación que permite a la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) reclutar «agentes encubiertos», medida que nos recuerda los oscuros años de «La Oficina» para infiltrar y desmantelar organizaciones sociales.
Mientras la «Agenda Represiva» avanza sin contrapeso en las dos cámaras del Congreso, este miércoles 4 de diciembre en una sesión de las comisiones de Seguridad y Defensa unidas, se aprobó la polémica indicación presidencial 22-A que permite a la ANI "requerir la destinación a la misma de funcionarios pertenecientes a los organismos de inteligencia policial en comisión de servicio, con el objeto de que se desempeñen como agentes encubiertos a fin de obtener información y recabar antecedentes", incluso pudiendo requerir a "funcionarios de la inteligencia naval con el fin de obtener, en este último caso, información y recabar antecedentes en el ámbito de sus funciones de policía marítima".
Esta indicación, debe pasar a comisión de Hacienda para luego ser ratificada en las votaciones de las salas en las dos cámaras del Congreso. De aprobarse le daría a la ANI el poder de contar con agentes encubiertos de manera indefinida, lo que lo convertiría ya no en una agencia coordinadora de los otros aparatos de inteligencia, y de obtención de "fuentes abiertas" (información que se puede obtener públicamente), sino en una agencia civil dependiente del poder ejecutivo completamente operativa, con todos los riesgos que ello implica.
Precisamente, uno de los motivos de la creación de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) en 2004, fue que ésta reemplazara a la polémica Dirección de Seguridad Pública e Informaciones (DISPI, y heredera del Consejo Coordinador de Seguridad Pública ), también conocida como La Oficina, y que fue profundamente criticada por su inserción y desestabilización de movimientos y organizaciones políticas de izquierda al inicio del retorno de la democracia, utilizando todo tipo de métodos para lograr sus objetivos.
Junto a ello, la indicación le daría mayores atribuciones a la ANI, que "podrá requerir de los jefes o directores de la inteligencia policial, la obtención de información y la recopilación de antecedentes que sirvan de base al proceso de inteligencia y contrainteligencia".
Todo esto se suma al reciente nombramiento de Gustavo Jordán Astaburuaga, vicealmirante (R) y quien fuera director de inteligencia de la Armada durante el 2005, el primer director de la ANI proveniente de las Fuerzas Armadas, y por ende, con una trayectoria mayoritariamente no-civil.
El trámite del proyecto de ley "que fortalece y moderniza el sistema de inteligencia del Estado" continúa en su primer trámite parlamentario, con discusión inmediata, por lo que es probable que durante los próximos días, se vote en la sala del Senado.