La protesta se da luego del cese del suministro de agua por medio de camiones aljibe, único mecanismo de obtención del vital elemento que tienen más de treinta familias del Patagual, localidad rural de Coronel, en la región del Biobío.

Por JC Contreras Jara

Durante la tarde de este martes y bajo la lluvia, se registró un corte en la ruta del Patagual, en el kilómetro 26.4, en Coronel, protagonizado por vecinas y vecinos del sector, que llevan más de diez días sin contar con un sistema de agua potable. La situación se da en medio de una crisis de acceso al vital elemento por parte de dicha comunidad y de la contaminación de algunas napas subterráneas, debido al colapso, en varios puntos, de punteras y fosas sépticas.

Parte de la comunidad enfatiza en que, ante dicho colapso, las autoridades no han tomado decisiones oportunas y pese al último compromiso asumido por la Delegación Presidencial del Biobío, de regularizar la entrega de agua, esta se efectuaría sin considerar la real capacidad de almacenaje que tienen vecinas y vecinos del sector.

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En conversación con Resumen, Ruben Contreras, vecino afectado del Patagual, explicó que, «acá no tenemos agua potable, y nuestra agua la sacamos de punteras y vertientes, pero el agua está en varias partas contaminada».

Agrega que, «hay gente que con los incendios se les quemó el lugar donde estaban las punteras, se quemaron los árboles y se sacaron,  entonces hay un grupo de familias que no tienen agua. Estamos haciendo uso del agua que nos mandaba el gobierno, lo que ha costado harto, pero estuvo llegando por el tema de la emergencia, pero ahora los parámetros de emergencia que tienen en Santiago es que no hay incendio y hay agua, porque efectivamente hay agua, pero no de calidad. Se han estado enredando los distintos departamentos para saber cuáles realmente la condición para que nos puedan traer agua».

La situación de falta de acceso a agua potable por parte de la comunidad en el Patagual, en Coronel, se arrastra hace más de una década, según declaran las y los afectados. Dicha problemática se ha visto profundizada debido a la falta de un sistema de agua potable, deuda del Estado con la comunidad, que vislumbra recién podría tenerlo para 2027.

La respuesta 

Según indicó Contreras, previo a su protesta, desde la Delegación Presidencial le señalaron que, «ya se había resuelto y que mañana (este miércoles) probablemente se va a traer nuevamente agua».

Pese a esto, enfatiza el poblador, la situación representaría un nuevo conflicto. «Nos estaban trayendo un camión que día por día, tres veces a la semana, pero ahora nos van a traer un camión a la semana con mayor cantidad de agua, lo que nos presenta dos problemas: No tenemos los estanques adecuados para tener la cantidad de agua que se tiene que acumular, y bueno, el agua empieza a perder poco a poco su calidad estando tantos días detenida».

De acuerdo a lo comentado por Ruben Contreras, el corte de entrega de agua se habría generado por la demora en la renovación del servicio con la empresa por parte de la Delegación Presidencial. «Por más que hemos hecho mesas, hemos tomado medidas de precaución para que no llegue el fin de mes y se pare el servicio, este mes ocurrió, y ya llevamos 10 días. A veces pasaba uno o dos días, pero ahora pasaron 10 días. La delegación presidencial está a cargo del contrato».

Según relató el poblador, se llevan haciendo gestiones hace más de doce años para que avance la instalación de un sistema de agua potable sumando solo intentos fallidos. Actualmente, estaría avanzando un nuevo proceso que, según sus cálculos, podría concretarse de aquí a 2027.

Tras su protesta vecinas y vecinos de la localidad se mostraron unidas frente a esta grave problemática de acceso al agua, haciendo hincapié en que agotarán todas las instancias para reactivar la entrega vía camiones aljibe. 

Para el próximo miércoles está programada una reunión entre la comunidad, la Delegación Presidencial, la empresa y el municipio, con la finalidad, expresan de zanjar los mecanismos que aseguren no solo la entrega de agua, sino la real capacidad de recepcionarla por parte de las y los vecinos.