Transmitida por televisión abierta el 18 y 19 de septiembre, el evento solidario Vamos Chilenos no logró llegar a la meta y fue fuertemente criticado por redes sociales, debido a la poca conexión con la realidad por parte de sus protagonistas. De esta manera, se demuestra un cambio de paradigma en la sociedad donde existe un fuerte cuestionamiento hacia las campañas denominadas solidarias pero impulsadas desde el núcleo elitista del país.
Por Kathia Cancino
Enmarcado como un kit de insumos básicos y alimentos, además de un dispositivo celular bautizado como CM-VIRTUAL (Conecta Mayor Virtual), la ayuda llegará a un estimado de 80 mil personas de la tercera edad. Ello, bajo la supervisión de la Sociedad Geriátrica y Gerontológica de Chile, el área de Nutrición de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la fundación Conecta Mayor de la misma institución.
La idea principal era proporcionar alimentos durante un aproximado de seis meses, aunque debido al presupuesto actual que alcanzó alrededor de 16 mil millones, éstos kits serán entregados solo por un periodo de tres meses.
Respecto al dispositivo electrónico, funciona como un celular con seis botones, una interfaz amigable y una suscripción a Internet por 24 meses con la compañía Entel. Además, según consigna Diario Concepción, CM-VIRTUAL, "atenderá consultas y requerimientos de las personas mayores que viven solas a través de Salud Responde y de los Centros de Salud Familiar. Además, las personas mayores se podrán conectar con al menos dos familiares cercanos y con un sistema de seguridad de Carabineros y Seguridad Ciudadana". Bajo estas premisas no debiese existir polémica alguna, sin embargo, los dichos de Don Francisco frente al delicado contexto político social que enfrentamos como país, ponen otras cartas sobre la mesa.
Con una TV a la baja respecto a su credibilidad, era esperable que nuevamente un programa televisivo que buscase ayudar a los más necesitados, como se auto definió la campaña "Vamos Chilenos", contase con baja adhesión. Hoy por hoy, Mario Kreutzberger deja entrever algunos errores cometidos en el evento de los pasados 18 y 19 de septiembre señalados en entrevista con El Mercurio. Entre ellos destaca la imposición de 30 mil millones como meta, logrando recaudar apenas 16 mil gracias a importantes aportes de empresas privadas; Papa Johns liderando los montos con un total de 822 millones de pesos.
"Quizás no fue apropiado hablar de una meta. Ahí me tiré yo con mis colores", reconoció en el medio. Aunque tal vez éste no fue el punto más cuestionado en redes sociales como sí lo fue la petición que realizó: "Este es el momento en que los que más tienen, los que más pueden, deben darle una mano a los que menos tienen".
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Sus palabras calan en un contexto social donde se ha visto a ollas comunas y acciones levantadas por vecinos anónimos y asambleas territoriales, ser víctimas de criminalizaciones por parte de Carabineros. Eso, sin mencionar el proyecto al impuesto a los súper ricos que aún se encuentra en trámite dentro del Congreso, cuya recaudación podría contribuir a una renta básica para las y los más afectados en el contexto de pandemia, el que ha sido sumamente cuestionado por el Gobierno y por los estratos más altos de la sociedad.
Con estos antecedentes no es sorpresa la desconfianza de la multitud hacia causas benéficas, pues se trata de la cobertura de necesidades básicas que deberían estar garantizadas por el Estado. Esto empeora más aún si ellas se abocan a responder necesidades tal vez consideradas secundarias, como la entrega de aparatos tecnológicos por sobre priorizar en la alimentación y la medicación oportuna de un grupo etario tan olvidado en Chile como lo es la tercera edad.