La chispa encendida por estudiantes de educación secundaria con las evasiones masivas del Metro de Santiago por el alza de la tarifa, daría paso a la explosión de un proceso que se mantiene abierto en Chile. Fue la semana que comenzó el 14 de octubre de 2019 donde se viviría con mayor fuerza y que estallaría cinco días después con una potencia cuyo recuerdo todavía hace temblar a la elite.

Por Alejandro Baeza

El 6 de octubre de 2019 comenzó a regir un alza de 30 pesos en el pasaje del metro de Santiago durante el denominado «horario punta».

Al día siguiente, siendo las 14:00 horas, estudiantes de principalmente el Instituto Nacional, realizarían la primera evasión masiva en la estación del Metro Universidad de Chile en pleno centro de Santiago.

La acción, criminalizada inmediatamente por el gobierno de Piñera y los medios de comunicación, tendría el respaldo inmediato de la población, lo que permitiría la difusión de la acción en múltiples estaciones los días siguientes.

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Así, no solo serían estudiantes, sino que también trabajadoras y trabajadores que, superados por el abuso empresarial acumulado durante décadas, darían paso al salto de torniquete.

La gran prensa, en su rol de secundar el discurso oficial, por más que buscaba la condena, cada vez que abría sus micrófonos encontraba opiniones de apoyo a la acción y síntomas latentes del hartazgo ante tanta injusticia.

De hecho, una semana después, el lunes 14 de octubre, las evasiones eran mucho más multitudinarias. El desborde arrastró ese día el cierre de las estaciones Quinta Normal, Cumming, Santa Isabel e Irarrázaval, considerando las intensidad de las protestas que crecían continuamente.

Más allá de estas clausuras, la criminalización conllevó también el progresivo despliegue de efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros en las instalaciones del Metro, desencadenando enfrentamientos en el lugar durante toda la semana.

De igual forma, expresiones como la de la entonces ministra de Transportes Gloria Hutt contra los estudiantes indicando que «no aumentó la tarifa para ellos», o las declaraciones de Louis de Grange, presidente del directorio de Metro, referidas a que «nuestro Metro no ha sido víctima solo de evasión masiva. Ha sido víctima de violencia», y el anuncio de acciones legales contra responsables de las evasiones, formaron parte de la respuesta estatal.

Lejos de apaciguar la chispa, aquella semana las protestas en el Metro crecían día a día y hora tras hora, así como el respaldo de cualquier persona a la que le brindaban un espacio para opinar y fueron la antesala a aquel histórico viernes de 18 de octubre de 2019, cuando comenzó el Estallido Social.

En una época que la élite trata, principalmente a través de sus medios de comunicación, que la población olvide aquella épica sublevación y de asociar el proceso únicamente a episodios delictuales, es importante mantener la memoria viva del pueblo de uno de los momentos más importantes de su propia historia.