El acuerdo de la clase política para un nuevo organismo que prepare una nueva propuesta de Constitución luego del triunfo del Rechazo el 4 de septiembre, fue presentado esta tarde. Bajo el nombre de «Consejo Constitucional», incluye elecciones de representantes bajo las mismas reglas del Senado, mismas circunscripciones y número de electos (50), sobrerrepresentando regiones de baja población, con voto obligatorio. Además, el Congreso denominará 24 personas que denominan como «expertos» que serán parte del tutelaje.
Por Alejandro Baeza
Luego del rechazo al texto propuesto por la Convención, que fue una cámara de diputados creada para redactar una nueva Constitución, ahora la clase política acordó crear un «Senado Constituyente», no obstante, no habrán listas de independientes como el proceso anterior y sólo estarán presentes partidos políticos (y pseudo independientes en listas de partidos). Además, el Congreso designará un grupo de 24 personas bajo la calidad de «expertos» (según su criterio), 12 por cada cámara.
El acuerdo no incluye un plebiscito de entrada, pero sí uno de salida el 5 de noviembre de 2023, el que será también con voto obligatorio como el que ocurrió el 4 de septiembre.
De esta forma, por ejemplo, la Región Metropolitana de Santiago que tiene el 40% del total de la población del país, tendrá un 10% de representatividad en el órgano.
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Asimismo, las elecciones de constituyentes se realizarían en de marzo próximo, también con voto obligatorio. El sistema electoral será, a través de circunscripciones senatoriales.
El organismo se instalaría el 1 de mayo, con un plazo de cinco meses para elaborar una propuesta, en que cada artículo será aprobado por 3/5.
El Congreso también establecerá el reglamento del órgano constitucional antes de su inicio, aplicándose en origen el reglamento del Senado.
Se estableció también la obligatoriedad de mantener un Estado unitario, mantención de los denominados «símbolos patrios», asegurar la mantención de los poderes del Estado, autonomía poder judicial y todos los límites que ya habían sido impuestos en el acuerdo del 15 de noviembre de 2019.
Las negociaciones incluyeron a dos grupos de presión que no poseen representatividad y son sólo uno de los tantos partidos políticos en formación del momento: «Amarillos» y «Demócratas», ambos de derecha.
Así, la clase política presenta su alternativa de proceso constituyente totalmente controlado por los partidos para cambiar el origen pinochetista de nuestra carta magna tras el fracaso de la propuesta rechazada.