Richarlison puso a bailar a toda la selección brasileña, incluido a su acartonado seleccionador Tite. Algunos medios europeos lo calificaron como una burla al adversario, negando la cultura popular en Brasil y Latinoamérica en general, que al igual que las naciones africanas, tienen en el baile su principal expresión cultural, lo que en sucesivos mundiales han mostrado diversos futbolistas de distintas selecciones de ambos continentes durante sus celebraciones.

Por Joaquín Pérez

Richarlison tiene algo más importante que su "baile de la paloma", es quien ha logrado convertir a "la canarinha" en el equipo de todos, luego de que Neymar y otras figuras del fútbol brasileño se sumaran a la locura de Bolsonaro.

Sintoniza con esa tradición de los futbolistas brasileños que se manifestaron contra la dictadura militar y a favor de la democracia. Fuerte crítico de Bolsonaro, viene a ser la antítesis de Neymar en el equipo: tiene conciencia de clase, racial, ambiental y a favor de la diversidad sexual, además de criticar públicamente el negacionismo científico del bolsonarismo.

https://twitter.com/richarlison97/status/1255847807715508224?s=20&t=ZYQVGXf4KrJ9gfte9oVYmw

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El 9 del Scratch nació en Nova Venécia, un pueblito del sureño estado de Espíto Santo, en el Sur de Brasil. Una localidad creada bajo la lógica racista de las autoridades brasileñas del periodo, con colonos italianos, traídos para "blanquear" el país tras el fin de la esclavitud (1888). En la periferia de estas ciudades, llenas de mestizos, mulatos y negros, creció Richarlison de Andrade, con sus padres separados, desde pequeño trabajo para llevar dinero a casa, en un barrio dominado por la delincuencia y el narcotráfico.

El joven goleador brasileño muestra públicamente su conciencia de clase y no reniega de su origen social ni racial, como otros jugadores de la selección, es muy consciente que tuvo suerte, que el fútbol lo salvó de ser un número más en estadísticas policiales o carcelarias.

En Brasil, los negros, mulatos, indios y mestizos, ganan menos dinero, tienen menos esperanza de vida, menos escolaridad, son los más pobres del país: "No hace falta tener una licenciatura para entender que mucha gente es acorralada o asesinada por el racismo todos los días en Brasil", declaró en 2020.

Pero no ha sido la única opinión o acción controvertida que ha lanzado, durante la pandemia. Donó dinero para vacunas e investigación, mientras Bolsonaro negaba la existencia de la misma y más tarde llamaba a usar remedios para animales para combatirla. Ha apoyado económicamente actividades científicas, ambientales, de la comunidad LGBTI, entre otros.