Un artículo de Nature, la principal revista científica del mundo, destaca el número de artículos diseñados para potenciar la ciencia, aumentar la protección ambiental y mejorar el sistema educacional en el país. En un alto contraste con la actual Constitución vigente, el obsoleto documento instaurado en la dictadura de Pinochet, el cual solo tiene débiles y escuetas menciones a la ciencia y que ha fomentado la destrucción ambiental y el saqueo empresarial por décadas en Chile.
Por Alberto San Martín
La nota recuerda el Estallido Social comenzado en 2019 contra las desigualdades sociales y económicas diseñadas en la dictadura y amparadas con la Constitución fraguada en ese oscuro periodo.
Cabe destacar que el Estallido Social no sólo abrió esta etapa del proceso constitucional, sino que definió las cuestiones mínimas por las cuales se hacía imprescindible derribar las viejas estructuras y diseñar nuevas formas de desarrollo nacional. La explotación, el abuso, el despojo, los atropellos, las colusiones, la discriminación, la segregación, la corrupción de la clase política, la corrosión administrativa, son algunas de las lacras que provocaron el hartazgo de la población con este modelo.
Y entre las muchas demandas populares, se encontraba la de una nueva Constitución en un proceso de Asamblea Constituyente.
A pesar de las limitaciones propias de la situación de pandemia y pese a la desaforada campaña de la derecha, ultraderecha y de conservadores de todas las calañas, en octubre de 2020 tuvo lugar el proceso plebiscitario y la población chilena se pronunció por la opción de tener una Nueva Constitución elaborada por medio de una Convención Constituyente (en donde todos los delegados eran electos por votación democrática) provocando una significativa victoria popular y una aplastante derrota para los defensores de la dictadura y sus lacras. El contundente 78% de las preferencias definió el triunfo del Apruebo con lo que el pueblo chileno dio por muerta la Constitución impuesta por la dictadura en 1980.
Mirar hacia el futuro: estimular la ciencia en Chile
La nueva propuesta constitucional demanda al Estado específicamente a estimular la ciencia y tecnología. En un contexto de histórica poca inversión (menos de 0.4% del PIB) en esta crucial área de desarrollo con la carta magna vigente.
Uno de los artículos de la propuesta de nueva Constitución destaca que el Estado debe apoyarse en la ciencia para una mejora continua de servicios y bienes públicos. «Es deber del Estado estimular, promover y fortalecer el desarrollo de la investigación científica y tecnológica en todas las áreas del conocimiento, contribuyendo así al enriquecimiento sociocultural del país y al mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes» señala el texto.
«El Estado definirá mecanismos de modernización de sus procesos y organización; adecuará su funcionamiento a las condiciones sociales, ambientales y culturales de cada localidad; utilizará los avances de las ciencias, la tecnología, los conocimientos y la innovación para promover la optimización y mejora continua en la provisión de los bienes y servicios públicos, y destinará los recursos necesarios para esos fines. Asimismo, promoverá la participación y la gestión eficiente acorde a las necesidades de las personas y comunidades» define la propuesta.
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Junto a esto, la nota destaca que la propuesta considera expresamente que «La Constitución garantiza la libertad de investigación» señala el artículo 97 inciso 1.
Una constitución ambientalmente sólida
La nueva propuesta enfatiza los derechos ambientales, indicando que el Estado tiene el deber de prevenir y adaptarse a los riesgos de la crisis climática y la biodiversidad, además de encargarse de la mitigación de sus efectos.
«El Estado generará, de forma independiente y descentralizada, las condiciones para el desarrollo de la investigación científica transdisciplinaria en materias relevantes para el resguardo de la calidad de vida de la población y el equilibrio ecosistémico. Además, realizará el monitoreo permanente de los riesgos medioambientales y sanitarios que afecten la salud de las comunidades y ecosistemas del país» señala la propuesta.
Es por ello que un artículo de la revista Nature destaca que la nueva propuesta incluye el concepto de derechos de la naturaleza, lo que implica que ésta puede defenderse legalmente incluso en ausencia de daños a la población que vive en un determinado ambiente. «La naturaleza tiene derecho a que se respete y proteja su existencia, a la regeneración, a la mantención y a la restauración de sus funciones y equilibrios dinámicos, que comprenden los ciclos naturales, los ecosistemas y la biodiversidad».
Por otra parte el texto afirma que «Toda persona tiene derecho a participar libremente de la creación, el desarrollo, la conservación y la innovación de los diversos sistemas de conocimientos y a la transferencia de sus aplicaciones, así como a gozar de sus beneficios».
Pese a la preocupación sobre la temática de los derechos de autor, el texto de la propuesta indica que «La Constitución asegura a toda persona la protección de los derechos de autor sobre sus obras intelectuales, científicas y artísticas. Estos comprenden los derechos morales y patrimoniales sobre ellas, en conformidad y por el tiempo que señale la ley, el que no será inferior a la vida del autor».
La propuesta además incluye que «Las ciencias y tecnologías, sus aplicaciones y procesos investigativos deben desarrollarse según los principios bioéticos de solidaridad, cooperación, responsabilidad y con pleno respeto a la dignidad humana, la sintiencia de los animales, los derechos de la naturaleza y los demás derechos establecidos en esta Constitución y en tratados internacionales de derechos humanos ratificados y vigentes en Chile.
Vea el texto completo de la propuesta de Nueva Constitución aquí