Por Ruperto Concha / resumen.cl
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Según prácticamente toda la prensa mundial, en Europa la inflación está desenfrenada. En el orgulloso y muy solvente reino de Dinamarca, por ejemplo, los precios se dispararon en una pesadilla para las billeteras de la gente, con alzas de más del 11%, en poco más de una semana.
Y el economista Allen Sorensen, de la Confederación Industrial de Dinamarca, señaló que 18 países de la Unión Europea ya han sobrepasado el 11% de inflación, sobre todo en la zona del mar Báltico, donde hay tres países con más del 20% de inflación. Es decir, países donde la gente está viendo que sus ingresos ahora valen un 20% menos, como si les hubieran rebajado el sueldo. Y según el Banco Central Europeo, se espera que la inflación sólo podrá frenarse quizás en dos años más.
Por supuesto, el vendaval inflacionario en Europa fue desatado por las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, y la OTAN, contra Rusia por la invasión a Ucrania y el reconocimiento de la independencia de las regiones ucranianas que habían sido parte de Rusia hasta 1954.
Según imaginaron los estrategas de Estados Unidos y la OTAN, las durísimas sanciones anti-rusas tendrían por efecto paralizarle su economía cerrándoles sus mercados, y hundir por completo el valor del rublo, la moneda rusa.
Sin embargo, ya sabemos lo que en realidad provocaron esas sanciones. El precio del dólar estadounidense se fue a las nubes mientras el euro y las demás monedas occidentales se desvalorizaban por la inflación.
De hecho, el efecto de las sanciones anti-rusas fue totalmente lo contrario de lo que Washington quería, pues el rublo ruso aumentó su valor comparativo frente al dólar.
El resto del mundo ya vio esto como un caso en que Estados Unidos, quizás por error de cálculo, terminó disparando su artillería contra sus propios aliados. Y la pregunta es..., ¿Fue eso un error de puntería?… ¿O quizás no?
El ya célebre economista estadounidense Michael Hudson analizó la posibilidad de que Estados Unidos haya calculado hábilmente los efectos que tendría la abrumadora inflación sobre la industria europea.
Según él, la crisis de inflación en Europa impactará principalmente en su producción industrial. De hecho, por ejemplo, la ruptura con Rusia provocó de inmediato la pérdida de más de 300 mil puestos de trabajo en Alemania.
Por otra parte, la inevitable desvalorización del Euro frente al dólar tendría también efectos inmediatos para la industria europea, ya que los precios de la energía y las materias primas se fijan en dólares y, por supuesto, se pagan también en dólares.
Con ello, supuestamente Europa no quedaría en situación de seguir compitiendo en el mercado estadounidense y menos aún en los demás mercados del mundo. Es decir, Europa quedaría en situación de sumisión irremediable a cuanto Washington quisiera imponerle.
Pero... ¿qué otros efectos puede tener el alza descomunal de la cotización mundial del dólar, en momentos en que la propia economía interna de Estados Unidos sigue estando al borde la recesión?
El economista Nouriel Roubini, de la Universidad de Nueva York, predice una crisis en que se acoplarán una inflación similar a la de Europa, unida, además, a una recesión prolongada que puede llevar a la quiebra de una o varias de las más grandes corporaciones financieras del país.
Las sombrías predicciones de este economista tienen muchísimo impacto, ya que él fue el único economista que predijo con exactitud los hechos que finalmente llevarían a la gran crisis de 2008.
Otras instituciones financieras, como el Bank of America y Standards and Poor's Global, hoy están advirtiendo a sus clientes y asociados la inminencia de un período de baja actividad unida a fuerte inflación y una recesión inesperadamente dura.
Según la institución Bridgewaters, ya en estos momentos la economía de Estados Unidos tiene un crecimiento anual de casi cero, y será todavía peor el 2023 y el 2024.
Por su parte, el periódico digital Politico, de Nueva York, destacó que la deuda pública de Estados Unidos, ya superó los 32 billones, o sea 32 millones de millones de dólares, y este año ya tuvo que pagar 475 mil millones de dólares sólo en intereses de esa deuda, basada en Bonos Soberanos a una tasa de interés del 3% anual.
El endeudamiento de Estados Unidos ya superó el 126% del producto interno bruto del país, y desde ya el gobierno de Joseph Biden admitió que el presupuesto del próximo año presenta un déficit superior a un billón de dólares. O sea, sólo podrá financiarse mediante una nueva emisión de bonos soberanos, que son Pagarés del Gobierno que tendrán un costo anual de más de 3 mil millones de dólares más.
Ese gasto, por supuesto disminuye la capacidad del gobierno de intervenir en auxilio de la gente y de las empresas en caso de producirse la recesión que está anunciándose y que podría dejar cesantes a millones de trabajadores en el país.
Los principales analistas financieros de Estados Unidos coinciden en que parece muy difícil conseguir que se detenga el alza mundial del precio del dólar, que ya ha sobrepasado el 17% en pocos meses.
Una de las esperanzas de estabilizar el precio del dólar a nivel mundial está en las iniciativas de los bancos centrales del Japón y de la China, que tienen reservas en dólares por más de 3 billones, millones de millones, y que han comenzado ahora a lanzarlos al mercado.
En el caso de Japón, la venta masiva de dólares apunta a dinamizar su propia economía nacional que está en niveles ruinosos.
En el caso de China, la venta masiva de dólares se atribuye a un plan para fortalecer la moneda nacional, el Yuan. Pero, para muchos, esa enorme liquidación de dólares en efectivo es parte de una maniobra que tiene mucho más alcance.
Nada menos que sentar las bases para la creación, en un futuro no lejano, de una nueva moneda internacional, independiente del dólar, para las finanzas de todo el comercio y toda la economía mundial.
Las protestas populares más notorias y numerosas contra los efectos de las sanciones anti rusas se han centrado en Hungría, Rumania, Francia, Alemania, Serbia y República Checa, además de Gran Bretaña.
De hecho, anteayer, viernes, una enorme protesta popular paralizó la gran ciudad de Praga, capital de la República Checa. Y lo que estaban pidiendo era nada menos que la renuncia del actual gobierno anti ruso y la suspensión de ayuda al régimen de Ucrania.
Lo más interesante de esa enorme protesta es que reunió a representantes de todo el espectro político europeo, desde la ultraizquierda hasta la ultraderecha.
Varios analistas han destacado que las mayores presiones por parte de Washington, la OTAN y el gobierno burocrático de la Unión Europea se han centrado principalmente contra Alemania y Francia. En cambio, el régimen gobernante de Polonia aparece especialmente favorecido por la OTAN, Estados Unidos y el aparato de gobierno de la Unión Europea.
De hecho, miembros del gobierno polaco cometieron la indiscreción de "agradecerle a Estados Unidos" el sabotaje terrorista con explosivos contra las tuberías submarinas ruso-alemanas destinadas a abastecer de gas natural ruso a Europa.
El agradecimiento de Polonia a Estados Unidos dejó en evidencia que éste se llevó a cabo justo en el momento en que había entrado en funciones otra tubería de gas, proveniente de Noruega, que aseguraba a Polonia, y únicamente a Polonia, mantener su abastecimiento de energía.
Asimismo, Estados Unidos, la OTAN y el aparato de gobierno de la Unión Europea están dando discretamente apoyo a Polonia en su desmesurada demanda contra Alemania, en que está exigiéndole una indemnización de un billón 300 mil millones de euros, en compensación por la invasión nazi que dio inicio a la Segunda Guerra Mundial en 1939.
Finalmente, Polonia aparece respaldando también con entusiasmo la propuesta de la OTAN estableciendo que todos los países miembros deberán destinar cada año al menos el 2% de su Producto Interno Bruto a la adquisición de armas y demás materiales de guerra. Eso equivale, en estos momentos, a unos 270 mil millones de dólares anuales.
Pero fíjese bien: Ese material de guerra deberá ser uniforme y de igual origen para todos los ejércitos europeos de la OTAN. Eso implica que prácticamente la totalidad del nuevo armamento será comprado a las mega industrias bélicas de Estados Unidos.
Es decir, Europa tendría que pagarle a Estados Unidos un gigantesco tributo financiero justo en estos momentos en que Europa está sufriendo las peores angustias económicas desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
También ha resultado estruendosa la carta al presidente Joseph Biden enviada el martes pasado por 30 parlamentarios de su propio partido, el Partido Demócrata, pidiéndole que se ponga en contacto con el presidente de la Federación Rusa, Wladímir Putin, para buscar un acuerdo que permita poner fin a la guerra.
La carta fue devuelta, de inmediato y furiosamente, a los parlamentarios. Y esa misma tarde, ellos mismos tuvieron que hacer una declaración pública afirmando que en realidad no es que hayan dejado de dar su apoyo absoluto y total al gobierno de Wolodimir Zelenski y se oponen poner fin a la guerra a partir de una solución diplomática que no sea el retiro total y absoluto de Rusia no sólo del Donbass sino también de Crimea.
Para la prensa mundial, esa estridente contradicción de tantos diputados de gobierno fue considerada como "un caso patético de políticos aterrorizados" de perder el respaldo de la Casa Blanca cuando sólo faltan días para las elecciones parlamentarias.
De acuerdo a la última encuesta de opinión en Estados Unidos, realizada por el prestigioso Instituto Quincy de Responsabilidad Política, un 57% de la gente de Estados Unidos apoya resueltamente poner fin a la guerra de Ucrania mediante acuerdos con la Federación Rusa, y aun a costa de aceptar la pérdida de territorios ucranianos, y sólo un 32% apoya continuar la guerra.
Es decir, la opinión pública en Estados Unidos respecto de la guerra de Ucrania coincide claramente con la opinión pública respecto del gobierno de Joseph Biden y el Partido Demócrata, que parecen ir rumbo a una amarga derrota en la elección del próximo martes 8 de noviembre.
De hecho, anteayer la respetada revista digital OpEdNews, de Estados Unidos, publicó un extenso análisis sobre la guerra de Ucrania realizado por el politólogo y periodista Rainer Shea, bajo el escalofriante título "Rusia ya Ganó".
Allí, analiza las decisiones tomadas por Washington para enfrentar los desafíos de una época en que diversas naciones de todo el mundo están desafiando la hegemonía imperial de Estados Unidos planteada en términos de "El Fin de la Historia y el Nuevo Siglo Americano".
Como ya lo aceptan los altos mandos del Pentágono, Rusia en ningún momento había sido una amenaza para Europa y Estados Unidos. Por el contrario, durante los últimos más de 30 años, bajo los gobiernos sucesivos de Mikhail Gorbachov, Boris Yeltsin, Wladímir Putin, Dmitri Medvedev y nuevamente Wladímir Putin, mantuvieron una política de acercamiento hacia Occidente, incluso postulando a integrarse a la institucionalidad europea. Recordemos que en su primer gobierno el presidente Putin ofreció integrar a la OTAN las fuerzas de la Federación Rusa, lo que fue rechazado a instancias de Estados Unidos.
El análisis del politólogo Rainer Shea muestra cómo todas las actitudes amenazantes de Estados Unidos y de la OTAN han resultado prácticamente vanas ante los principales países que los han desafiado: Corea del Norte, Vietnam, Irán, la India, la China y la Federación Rusa.
La guerra de Ucrania es el conflicto bélico más grave del Siglo 21, y allí, pese a la campaña de propaganda desinformativa occidental que intenta mostrar una Rusia en retirada, el régimen de Kiev es el que está perdido al extremo de estar movilizando ya a personas de más de 50 años para lanzar sus ataques infructuosos.
Ucrania ya dispone de menos de un 30% de la energía eléctrica básica para toda la población, la industria, el transporte y las reparticiones del gobierno.
Según Rainer Shea, es un hecho que, en las próximas semanas, tras la nueva campaña estratégica de Rusia sobre Ucrania, el régimen ya brutalmente dictatorial de Wolodímir Zelenski va a derrumbarse, dejando a la OTAN directamente a cargo de la derrota.
La pregunta es, ¿declarará entonces la OTAN la guerra contra Rusia, la China, ¿y las más de otras 50 naciones que se les han sumado en alianza?
En su análisis, el politólogo Rainer Shea denuncia la incapacidad intelectual de los líderes del autodenominado "Mundo Occidental". En su intento de sostener su predominio imperial, Estados Unidos no dudó en mandar a la basura hasta los conceptos más esenciales de la economía liberal, anulándolos a fuerza de sanciones militares para sustituir las leyes del mercado.
Y también para sustituir las normas del derecho internacional, lanzando guerras demoledoras contra países débiles, derribando gobiernos democráticos y asfixiando económicamente a naciones enteras.
Esa incapacidad intelectual de los líderes del mundo Occidental llevó a una estrategia de dominio tan torpe e ineficaz que finalmente tuvo por efecto fortalecer precisamente a esos enemigos que trataba de debilitar. De hecho, sus sanciones han provocado un desastre económico a nivel mundial... sin afectar a sus enemigos, pues China, Rusia, Irán y la India, entre otros, en realidad han resultado enriquecidos.
¿Qué es lo que viene ahora?
Bueno, con seguridad absoluta algo muy terrorífico que se nos está viniendo encima desde el espacio exterior. Según informa la NASA, un meteorito enorme, un pelotón de piedra y metales de más de 800 metros de diámetro y casi 4 kilómetros de circunferencia, se nos está viniendo encima a una velocidad de más de 60 mil kilómetros por hora y supuestamente llegará a su máxima aproximación a la Tierra el martes próximo... ¡Justamente el Día de los Muertos!
Aunque ese monstruo se acercará peligrosamente a la órbita de nuestra Tierra, hasta ahora nada indica que vaya a hacer contacto con ella, ni siquiera acercándose a las zonas orbitales que ocupan nuestros satélites artificiales, donde se podría desatar una catástrofe.
Así, pues, gente amiga, ¡hay peligro!… pero el mayor peligro que nos amenaza es la estupidez de aquellos líderes que parecen no entender que las poderosas armas modernas no son más que basura inútil... mientras los políticos y sus generales sigan sin entender que, antes de usarlas, ¡es necesario saber tomar la puntería!