Una situación de total abandono con su infraestructura denuncian los y las estudiantes de Licenciatura en Artes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). La gravedad del problema obligó incluso a aplazar el ingreso a clases, en tiempos en que su arancel supera los 4 millones de pesos.
Por Juan Contreras Jara
Hoyos en las paredes, en el piso, plagas de ratones y hongos en los baños son algunas de las falencias infraestructurales y sanitarias con las que han debido convivir durante años los y las estudiantes de Licenciatura en Artes de la PUCV.
Este año, la situación fue más allá, imposibilitando el retorno a clases del estudiantado, debido a los supuestos trabajos de reparación que terminaron por destruir aún más la casona utilizada como Instituto de Artes.
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«El deterioro de la casa viene hace años, con baños con hongos, ratones, etc», explica Valentina Letelier, encargada de comunicaciones del estudiantado de Licenciatura en Artes de la PUCV. Sobre el truncado retorno a clases, la estudiante explica que, «el año pasado la U se comprometió con restaurar esta casa y darnos una sede nueva, entonces, la universidad hizo los planos, pero sin antes ir a la casa y ver en el estado en el que estaba, y trabajaron encima. Dejaron peor, pisos destruidos, sectores del instituto destruidos y con escombros».
Desde la carrera de Licenciatura en Artes enfatizan en que, más allá de reconocer el error, desde la casa de estudios no les han entregado plazos concretos sobre una posible remodelación o definitiva construcción de un nuevo espacio de estudio.
Cabe destacar que el estudiantado de primer año debía ingresar el pasado 6 de marzo, pero debido al paupérrimo estado de las instalaciones de dicha casona, lo aplazaron para el próximo lunes. Letelier agrega que esto tampoco es seguro, que, «hay incertidumbres», por lo que su vuelta podría aplazarse aún más.
La compleja situación de las y los estudiantes del Instituto de Artes de la PUCV se da en medio de constantes alzas en sus aranceles, que, entre 2021 y 2023, ha subido de $3.930.000 anual a $4.768.000, representando un alza de casi un millón de pesos, según información proporcionada por el Centro de Estudiantes de la carrera.
En sentido, la estudiante afirma que, pese al aplazamiento de su entrada a clases hasta el próximo lunes, debido al pésimo estado de la casona donde estudian, de igual forma les estarían cobrando la mensualidad completa de marzo.
Sumado a los destrozos causados por los trabajos de reparación de la vieja casona donde se emplaza el Instituto de Artes, desde el estudiantado apuntan parte de las falencias de su infraestructura, como constantes problemas eléctricos, de agua, de espacio, presencia de ratones, falta de mobiliario, entre otros.
Listado de falencias:
Valentina Letelier explica que la falta de espacios es otra gran problemática, considerando que el número de estudiantes bordearía los 400 y según acota, solo contarían con 6 salas. «Los horarios chocan, hay clases los sábados, los horarios son muy distintos, etc». En cuanto al aspecto sanitario y los baños, agrega que, «hay un deterioro de la estructura, que tiene hongos y ratones y los auxiliares no se pueden hacer cargo».
Ante la incertidumbre de su vuelta a clases y las promesas incumplidas por parte de las autoridades de la casa de estudios sobre la construcción de una nueva sede, desde el Centro de Estudiantes del instituto de Artes exigen compromiso.
En esta línea, dicen sentirse discriminados en comparación con las demás carreras, sobre todo en el aspecto infraestructural. Es por esto que enfatizan en que, «siempre nos han dejado de lado y si estamos pagando por una carrera, lo mínimo es que se nos dé un espacio como corresponde, un espacio humano, digno para poder estudiar, pero no habían ni sillas. Exigimos un espacio digno para poder estudiar».