El Municipio penquista, paradójicamente dirigido por un periodista, el demócrata cristiano Álvaro Ortiz, procedió a la clausura de las instalaciones de Radio Lorenzo Arenas, una de las radios comunitarias de mayor trayectoria en Sur de Chile, alegando pagos atrasados de patente municipal. Resulta muy contradictorio el afán de este alcalde periodista que persigue a los medios de comunicación comunitarios, hoy tan escasos, en tiempos en que las comunicaciones son controladas por grandes grupos económicos.
Resulta más incoherente aún, este empeño de la Municipalidad por perseguir a Radio Lorenzo Arenas, toda vez que lleva el nombre en homenaje a un regidor de Concepción, quien cumplió esas funciones por más de 12 años (1879-1891) y que precisamente fue un símbolo del mutualismo en la zona, mutualismo al cual dice adscribir la familia Ortiz, tanto el padre diputado como su hijo alcalde.
Durante toda la transición los medios de comunicación independientes, alternativos o comunitarios han sido perseguidos, la democracia que no llegó para muchas cosas, quedó especialmente en deuda con las comunicaciones, a las radios comunitarias y populares se les impuso una ley por las que se le prohíbe hacer publicidad y con ello se busca su inviabilidad económica, que terminen ahogadas financieramente.
Resulta preocupante que, en el país de los grandes perdonazos financieros y tributarios, cuando no solamente no se pagaron impuestos, sino que se estafó al Fisco y donde el propio presidente de la República no paga contribuciones por su propiedad en Caburgua, el municipio penquista se afane en clausurar un medio de comunicación comunitario por atrasos en el pago de la patente municipal.
La municipalidad de Concepción lejos de esto debería estar preocupado como multiplicar las experiencias de comunicación comunitaria en los barrios, precisamente aquellos que rescatan la identidad de nuestra ciudad y su espíritu libertario.
No sería nada de extrañar que tras la clausura de la radio lo que se buque sea echar mano al edificio comunitario del barrio Lorenzo Arenas donde se aloja y que termine en un nuevo proyecto inmobiliario o comercial, de esos que hoy por hoy sobran en la ciudad.