Con cerca de 350 páginas, el libro recién publicado busca profundizar en el rol que tuvieron tanto las policías, los servicios de inteligencia y las políticas de seguridad en los principales conflictos desarrollados durante los primeros años del a postdictadura en Chile. En contacto con RESUMEN, Camilo Plaza Armijo, uno de los compiladores del trabajo, profundiza en esta temática.

Por J. Arroyo Olea

«Mientras llega la alegría: Transición inconclusa en las relaciones cívico - policiales (chile, 1990 - 1994)», es el título de un reciente trabajo que busca recoger reunir escritos historiográficos respecto al rol que cumplieron durante los primeros años de la postdictadura las políticas de seguridad y policías.

Compilado por Camilo Plaza Armijo, Luciano Sáez Fuentealba y Nicolás Acevedo Arriaza, y publicado por Editorial Tesis XII, el libro reúne ocho textos que abordan tanto el rol de las instituciones en términos políticos -como lo es la creación de La Oficina y el Torogate- como también casos que grafican las consecuencias de la policialización encabezada por la Concertación, reflejándose en puntos de inflexión como la Masacre de Apoquindo o el asesinato de Marco Ariel Antonioletti.

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En contacto con RESUMEN, Camilo Plaza Armijo explicó que el libro es resultado de diversas interrogantes que los compiladores han tenido respecto a «la violencia política y los procesos de securitización en la historia reciente», proceso que proviene desde discusiones iniciadas en 2014.

Respecto a las condiciones de producción del texto final, no solo se caracterizan por por desarrollarse sin financiamiento en la construcción de artículos, sino que también por la reunión de diversos análisis de personas que compartían inquietudes similares, teniendo en cuenta que «durante todos estos años se ha conseguido acceso a muchos antecedentes y documentación que hace poco no estaban disponibles. Los hechos que han mediado todo el proceso también obligaron a repensar enfoques y categorías de análisis. No fuimos ajenos al optimismo de las posibilidades de cambio que se abrieron desde la revuelta y no somos ajenos tampoco al potente proceso de contraofensiva reaccionaria en curso».

Copias del libro en físico | Editorial Tesis Xii

En este sentido, Plaza comenta que el objetivo del texto aborda dos inquietudes: una vinculada a las relaciones cívico-policiales, término que «es un préstamo de lo que se conoce como relaciones "cívico militares", utilizado para dar cuenta de los desencuentros, consensos e insubordinaciones que se dieron en este período», y que busca «relevar un punto pendiente de la transición: la autonomía policial, visible sobre todo en Carabineros, que es uno de los rasgos más notorios y que generó más tensiones». Por otro lado, una segunda inquietud se refleja en una pregunta que busca abordarse en el texto: «¿Se estuvo frente a una seguridad acorde a la democracia o a una democracia acorde a la seguridad?».

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El libro ve la luz a poco más de un mes de cumplirse 50 años del Golpe de Estado. A partir de esto, y consultado respecto a cómo se ven las relaciones cívico-policiales tras medio siglo, Camilo Plaza explica que: «Si bien la PDI logró un proceso de modernización y acomodamiento al poder civil, e incluso de mejor aggiornamento al contexto democrático, no puede decirse lo mismo de Carabineros, que incluso, podríamos decir, ha evidenciado menos avances que las FFAA».

En esta línea, Plaza plantea que «hoy contamos con una policía sumamente autonomizada, con signos de radicalización si evaluamos las declaraciones de altos mandos. Valga decir, que la autonomía policial no fue un problema durante el siglo XX, en parte porque también operó un dejar hacer de parte de los gobiernos. La ley orgánica que consolidó su autonomía no fue promulgada sino hasta 1989. Ni siquiera Pinochet se enfrentó a esta situación, sino que la dejó como un lastre para los gobiernos democráticos».

Fotografía: @indomitafotografias

Así las cosas, para el historiador, en la actualidad «somos ‘protegidos’ por una policía con fuerte aprobación en las encuestas, pero que a la vez fue la responsable del mayor escándalo de corrupción de la historia. También fue la responsable de gran parte de las muertes en dictadura y no ha dado atisbos de pedir perdón ni de elaborar una reflexión meridianamente profunda a nivel institucional respecto a cuál fue su rol en las violaciones a los derechos humanos -Carabineros no ha tenido su General Cheyre, por así decirlo-. Hay que hacerse cargo de esta situación».

Plaza sostiene que actualmente existen diversos aspectos que mantienen vigencia producto de dos antecedentes: la revuelta y la crisis de seguridad. Sobre esto, explica que «lo primero abrió una ventana de oportunidades para discutir en torno a las formas y límites de la coerción estatal. Ese debate sigue abierto y en disputa, con un claro avance de las posturas autoritarias, muchas de las cuales han sido abrazadas por este gobierno. Lo segundo ha producido también una fuerte interpelación hacia la "mano dura" que en la actualidad está conduciendo a soluciones simplistas y punitivistas. Ambos rasgos del presente se configuraron en los primeros años de los noventa, donde se ensayaron y decantaron discursos y formas que hoy a veces se dan por sentado. La coyuntura actual demuestra que ese modo de producción de seguridad está en crisis. Hacia dónde se moverá o si dará paso a algo nuevo es aún una pregunta abierta.»

En tanto, el libro reúne investigaciones bien logradas con documentación que, hasta ahora, no había sido trabajada, siendo un aporte para un análisis mucho más profundo respecto a las temáticas de seguridad en la transición política. Para Plaza, «si bien se reconoce el innegable legado de la dictadura, hay lógicas que incluso anteceden a esos 17 brutales años, mientras que también se ven otras completamente nuevas».

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Para adquirir el libro puedes contactarte directamente con Editorial Tesis XII o descargarlo gratuitamente en este enlace.

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Fotografía principal: Editorial Tesis XII