Tanto en el espacio de Color Local como en el Teatro El Oráculo, la bailarina, masoterapeuta e instructora de kalaripayattu Macarena Rubio, ofrece prácticas de exploración escénica y terapias corporales con las que propone volver al cuerpo como espacio de bienestar.
Por Alejandra Villarroel Sánchez
Comprendiendo que el cuidado del cuerpo en movimiento es el cuidado de las emociones, es decir, está directamente relacionado a una mejor calidad de vida y salud mental, la bailarina, instructora de yoga y masoterapeuta ayurvédica Macarena Rubio este semestre regresa al Bío Bío para situar la milenaria técnica del kalaripayattu y a la medicina ayurveda como una efectiva herramienta de exploración escénica aliada al autocuidado preventivo de la salud, convocando a toda la comunidad interesada en restaurar la conexión con el cuerpo para el bienestar. Prácticas semanales en Teatro El Oráculo, sesiones de automasaje en línea y masaje corporal para bebés en el espacio de Color Local, son algunas de las actividades de bienestar que la cofundadora de Kaloorika Ayuryoga, ofrece en la ciudad de Concepción.
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¿Por qué resulta relevante el abordaje del cuerpo en la actualidad? De acuerdo a los principales resultados de la Primera Medición del Bienestar Social, en un sistema altamente neoliberalizado como el que sostiene Chile, donde la noción de progreso impuso el éxito económico individual como principal indicador de bienestar, el cuidado emocional es un aspecto que permanece deteriorado. Así lo evidencian otros estudios como el «Termómetro de la Salud Mental en Chile ACHS-UC,» cuyos recientes resultados muestran que el 24.8% de la población presenta síntomas ansiosos, el 57.1% de las personas con esta sintomatología expresa la necesidad de consultar a un profesional de salud mental, pero sólo el 44% logró hacerlo efectivamente debido, en gran medida, a la falta de financiamiento y la disponibilidad de horas médicas, siendo sólo un 23% de las personas las que siguen en tratamiento, lo que revela la persistente demanda de cuidados en esta área.
Transformando esa realidad, iniciativas como las de Macarena Rubio que nacen fuera del campo tradicional de la salud, se posicionan como una alternativa concreta para enfrentar lo que ella llama "la batalla de volver al cuerpo" refiriendo a la necesidad de buscar en el interior del organismo mecanismos de desintoxicación que conducen a la propia curación. Con quince años de trayectoria como cofundadora de Kaloorika Ayuroga, Macarena reflexiona también desde el conocimiento de la medicina ayurvédica cuya visión integral del cuerpo y la mente ella integra a las prácticas terapéuticas que lleva a cabo en Color Local y Teatro El Oráculo.
¿Cómo abordas la idea de bienestar y autocuidado desde tu propuesta medicinal ayurveda?
El Ayurveda es una ciencia de medicina que profundiza en un aspecto muy importante que es la prevención. Tanto el movimiento como los masajes están en ese plano de lo preventivo, que tiene mucho que ver con el goce. Volver al cuerpo, volver a habitarnos en el goce de sentirte viva. "Para esta mirada terapéutica somos bienestar, somos perfectamente equilibrados como seres, el punto es porqué nos hemos alejado del bienestar, por qué nos percibimos fuera del bienestar que somos. Yo observo que lo principal para recuperarnos es volver a los cuidados del cuerpo, al tacto, a las prácticas corporales o a la conciencia corporal, poner atención a cómo me siento y qué necesito, estar en el presente. Y ese volver al cuerpo, según mi perspectiva, es lo que nos lleva a esta idea de bienestar no como algo que se alcanza, sino como algo que ya somos."
A partir de esa reflexión ¿De qué modo podemos volver al bienestar que somos?
Yo observo que una fuente inagotable de bienestar es la naturaleza, estar en contacto con la naturaleza nos espeja nuestra propia naturaleza. Reconocer nuestros elementos, si somos más fuego, agua, aire, tierra, que es una de las formas en que el ayurveda reconoce biotipos como Vata Pitta Kapha. Comer frutas y verduras de estación, locales, orgánicas. Saludar a nuestros vecinos, cuidar a los niños en la calle, a los ancianos. Estar en contacto con los animales, cuidar plantas...si te fijas todo eso nos lleva al cuerpo, la buena palabra que sale de tu boca, el tacto amoroso, la escucha, escoger ver belleza, sabores, olores, el movimiento, para recuperarnos es volver al cuerpo, así también se desarrolla empatía con un otro. La conciencia corporal del estar atentos a toda esa propia observación, a la conciencia de nuestra propia percepción de cómo me siento, cómo me percibo, cómo están mis emociones, cómo está mi mente, el estar presentes, eso es fundamental y yo lo he encontrado en las prácticas orientales, en la danza. Yo diría que todo comenzó con la danza, el yoga, la meditación, el butoh que es una práctica meditativa también, el kalari que a su vez está muy vinculado a la ayurveda...todos los caminos me llevan al cuerpo, podemos y debemos volver al cuerpo. A esa toma de conciencia es a lo que me gusta colaborar.
Desde esa perspectiva holística ¿Qué impacto crees que tiene en la salud poner el cuerpo en movimiento?
Eso se puede abordar desde distintas perspectivas, incluso desde la neurociencia se habla de la importancia de mover el cuerpo para activar otras áreas y procesos cerebrales que se ven potenciados con el movimiento, como la memoria y la cognición. Y desde lo físico, todos los procesos metabólicos, lo creativo también, lo que se segrega a nivel hormonal, la adrenalina, todo lo positivo que genera el movimiento es medicina pura y es algo que está a nuestro alcance, algo que nos pertenece ¿por qué debemos buscar las respuestas a nuestra salud afuera? Es en el propio cuerpo donde está todo para el equilibrio, todos los puntos, los órganos, todo el potencial para restablecer constantemente la armonía y también para observar las desarmonías como parte de la armonía. Estar conscientes que como humanos necesitamos movernos, necesitamos hacer uso de la musculatura, saltar, torcer, necesitamos hacer uso de toda la estructura con la que hemos encarnado. Las emociones también se fijan en el cuerpo y son liberadas a través del movimiento produciendo balance, armonía, básicamente es liberación.
¿Cuál es el principal desafío que observas en relación a la educación emocional?
Bueno, las emociones y el cuerpo son uno. Emociones mal digeridas es un cuerpo en desarmonía. Emociones reprimidas es un cuerpo en tensión. No soy una experta de la salud mental, lo puedo ver solamente desde mi experiencia como persona, bailarina, madre, y lo que veo en las terapias. Para mí son desafiantes las emociones en cuanto a la palabra, incluso me cuesta un poco expresar mi mundo emocional, quizás por la misma razón llegué a la danza que habla con el cuerpo, con el gesto. Sigo trabajando en mi la palabra al momento de tener que abrirme con otra persona y ser honesta, creo que esa dificultad viene por una educación que castró mucho desde la infancia las emociones mal consideradas negativas como la ira, la frustración, el enojo, el no estar de acuerdo como niña por ejemplo, todo eso que es súper castrante. Tengo muy fijo en el cuerpo que me retara n, recuerdo esa tensión en mi pecho, en la garganta y no poder devolver con la misma energía que recibí a nivel corporal, esa ola de energía en el reto de un papá enojado, un patriarca golpeando la mesa, es superviolenta la escena para un niño y sabes que te tienes que quedar callada. Esas dinámicas suceden en las familias, en las relaciones de pareja, en el colegio y en los trabajos. Creo que el desafío es aprender a validar y a dejar que pase por el cuerpo todo lo que tenga que pasar, no necesariamente enfrentar, te puedes cuidar y respetar, y dejar así como pasan los pensamientos y se van, las emociones también tienen y deben pasar por el cuerpo, expresarse y se van, eso es equilibrio, eso es sano, eso permite comprenderse y autorregularse para no caer en un pánico sistémico, me refiero a lo corporal, por tener que decir una verdad o por tener que ser honesta frente a una situación que te parece injusta, por ejemplo.
PRÁCTICAS PRESENCIALES Y EN LÍNEA
Junto al Taller de Kalari Escénico en el Teatro El Oráculo, Macarena Rubio también realiza prácticas de kalaripayattu en línea y también pone a disposición de la comunidad penquista la perspectiva medicinal de automasaje y masaje ayurvédico para bebés. Las inscripciones e información sobre el costo de cada actividad se canalizan a través del correo electrónico [email protected] o directamente en al WhatsApp +56992741167
TALLER DE KALARI ESCÉNICO sesiones presenciales en el Teatro El Oráculo (ubicado en Pasaje Siete 702, Lagos de Chile, Concepción) todos los miércoles, de las 19:00 a las 21:00 horas.
PRÁCTICAS DE KALARIPAYATTU sesiones semanales en línea, todos los viernes y sábados de las 08:00 a las 9:00 horas.
AUTOMASAJE CORPORAL una sesión presencial al mes sábados o domingos en Color Local (ubicado en calle Rengo 15, Concepción), de 10:30 a 13:00 horas.