Duros cuestionamientos a nivel internacional se han suscitado luego de que a inicios de semana se anunciara que el agua comenzaría a cotizar como materia prima en el mercado de futuros en la Bolsa de Valores de Nueva York. En conversación con RESUMEN, Lucio Cuenca, Director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, dio a conocer antecedentes para conocer sus implicancias.
Por Cristian Márquez
Al igual que el petróleo o el oro, el agua comenzó a cotizar en el mercado de futuros de materias primas en la bolsa de Wall Street, significando que su precio irá variando tal como ocurre con el trigo, según informó CME Group, estableciendo el cálculo de valores de acuerdo a las cuencas ubicadas en California.
Este caso marca un precedente en el mundo acerca de la mercantilización de este elemento tan vital para la vida en el planeta, más aún considerando el actual contexto de escasez hídrica que se vive en distintos territorios. Al respecto, Lucio Cuenca, Director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), declaró a RESUMEN que "el agua es un eje muy importante en la gestión de un territorio, junto al suelo y el bosque son elementos muy prioritarios para la proyección de la vida en los territorios, entonces esto es un precedente muy nefasto para las luchas que vienen en torno al agua".
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A juicio del Director de OLCA, la llegada del agua como materia prima a la Bolsa de Valores de Nueva York "es el avance de la lógica neoliberal, de apropiación y privatización de los bienes comunes. Pienso que es llevar la apropiación de un bien nacional, de todos y todas, a un extremo de mercantilización que nunca antes se había visto, o sea estamos hablando de un bien común".
Por su parte, los impulsores de esta medida, señalan que la llegada del agua al mercado de las materias primas va a mejorar la gestión del riesgo a futuro, sin embargo, para Lucio Cuenca ocurre todo lo contrario: "Esa es la base del espíritu neoliberal, que el mercado es el mejor asignador de los recursos, que el mercado lo va a hacer con justicia y de manera equitativa, y eso se ha demostrado en Chile, con 40 años de neoliberalismo, que no es así, sino que profundiza la injusticia, consolida las desigualdades estructurales. Reducir el agua a una mercancía es desconocer, es no considerar, y por lo tanto, se equivocan en decir que va a ser la mejor medida y más eficiente forma de gestión del agua".
Por otro lado, Cuenca también comparó el caso de EEUU con el panorama actual de Chile: "Aquí no estamos lejos de que ocurra eso. En Chile hay un mercado informal, pero sí hay un mercado de los derechos de aprovechamiento de agua y que tienen su origen en lo establecido en la Constitución, de transformar los derechos de aprovechamiento de agua en un bien financiero, en un bien económico, que se le entrega en propiedad a las empresas, por lo tanto, las empresas lo pueden transar, rematar, heredar, porque ha sido entregada de manera gratuita y a perpetuidad, como un derecho efectivo, como un bien inmueble".
"Hoy existen iniciativas de mercado de recursos hídricos en Chile que, eventualmente, en el futuro cercano, podrían también transformarse en un sistema de bolsa de derechos de aprovechamiento de agua como lo que está ocurriendo en EEUU", dijo Lucio Cuenca a RESUMEN.
En esa misma línea, el Director de OLCA explicó las condiciones que a su juicio permiten que el agua sea mercantilizada en la bolsa de Wall Street: "Para llegar a esta situación de transacción en la bolsa se deben cumplir determinados requisitos, como los que se dan en Chile. Primero; que el derecho de aprovechamiento se entregue en propiedad, segundo; que se desligue el derecho de aprovechamiento del uso que se le da al agua. Y, por lo tanto, como se ha dicho históricamente en el caso de Chile, se separa el agua de la tierra. Desde ese momento, al ser un bien inmueble, puede transarse".
"Lo que se hace en EE.UU., en esta bolsa, es formalizar un sistema, pero ese sistema en Chile ya existe, entonces esto es nefasto porque es profundizar la desigualdad, es entregarle la gestión de un bien esencial para la vida al mercado, y todos sabemos que el mercado no tiene sensibilidad social ni ambiental. Por lo tanto, va a operar siempre en función de los más fuertes, de los intereses económicos más fuertes y eso es nefasto para todas las vidas en general. Eso significa seguir precarizando los territorios, seguir operando en función de las grandes mineras, las grandes forestales, las grandes hidroeléctricas y no proteger a las comunidades, a los territorios y no permitirles tener un manejo integral de esas zonas".
Para Cuenca, esta medida tomada por las grandes corporaciones puede ser perjudicial para el bienestar de las comunidades: "el mercado lo que hace es concentrar la propiedad, es entregar la gestión y el dominio del agua a los que tienen el poder económico, los que actúan en función de maximizar sus ganancias, no actúan por el bien común y del bienestar, por lo tanto, cualquier avance en la mercantilización y en la formalización de estos mercados es en contra del bien común y de los derechos sociales".
"Avanzar en esa línea es profundizar y consolidar la situación actual del agua, que es una de las bases de la desigualdad, de la precarización a nivel social, a nivel de los territorios, a nivel ambiental, y por lo tanto, es consolidar a favor de los poderes económicos el control de un bien tan esencial para todos y todas, como ocurre en Chile", señala Lucio Cuenca.
Además, considerando el proceso Constituyente que se avecina en Chile, Cuenca se mostró preocupado por la consolidación de este sistema formal de mercantilización del agua, tomando en cuenta los múltiples tratados internacionales que mantiene vigente nuestro país en esta materia: "la propiedad de agua y las transacciones de derechos de agua, van a estar aún más protegidas por el hecho de transarse en un mercado formal, a través de una bolsa, eso finalmente consolida mucho más la mercantilización del agua y hace mucho más difícil que en el marco de un proceso Constituyente lo podamos desarmar. Acá no hay que expropiar los derechos de aprovechamiento de agua, sino que hay que declarar que el agua es un bien nacional, que es un bien común, y por lo tanto, de esa manera recuperar el carácter de un bien".