En la cuesta de Quilacoya en la comuna de Hualqui, se encuentra uno de los más importantes relictos de bosque nativo que bordean la ribera del norte del rio Bio Bio. En una visita a terreno realizada para visibilizar la flora medicinal nativa y endémica se constató el actual estado de degradación y evidencias de explotación de bosque nativo en este histórico cerro. Urge establecer medidas efectivas de protección para este valioso remanente de biodiversidad, ya que actualmente se encuentra rodeado de extensas plantaciones de monocultivos forestales que, junto a la extracción indiscriminada de madera nativa, especialmente de roble (Nothofagus obliqua), corresponden a graves amenazas que afectan a muchas especies con serios problemas de conservación.
Por: Paulina Contreras Machuca
El pasado sabado 16 de marzo se realizó una jornada de recolección y reconocimiento de hierbas medicinales en la cuesta de Quilacoya de la comuna de Hualqui. Esta actividad fue organizada por la municipalidad de Hualqui y fue guiada por el yerbatero Víctor Padilla, junto con el guía de turismo Guillermo Yañez. Además, contó con la presencia de una treintena de participantes de diversos sectores de la comuna. El punto de reunión de la actividad fue la plaza de Hualqui y desde ahí fuimos trasladados por bus hasta el sector donde comenzó la caminata. Esto fue antes de entrar al poblado de Quilacoya, donde ingresamos al cerro de la cuesta por un sendero que se encontraba en la orilla del camino.
Por este lugar tuvimos que subir algunos metros, resultando ser la parte con mayor dificultad en todo el trayecto, donde se debe ir con precaución debido a la fuerte pendiente. Ya superando esa etapa se comenzó con el recorrido más relajado, donde íbamos contemplando las distintas especies vegetales endémicas, nativas e introducidas que se nos iban presentando en el camino como se aprecia en la foto 2 y 3.
Una de las primeras en llamar la atención debido al revolotear de los picaflores y las llamativas flores fue el Quintral (Tristerix sp.) (ver foto 4), que en esta ocasión se encontraba parasitando al aromo extranjero. En ese instante el yerbatero nos previno que no es el que se debe recolectar, sino los que se encuentren parasitando al Maqui. Estos serían los que tienen el mayor efecto medicinal, es decir el efecto antioxidante, al cual se le atribuyen propiedades anticancerígenas y para tratar afecciones cardiovasculares. (Menegoz & Zapata, 2017) (MHT, 2010).
Siguiendo el recorrido nos encontramos en un lugar con presencia de agua (ver foto 5) donde se observan helechos como Costilla de Vaca (Blechnum chilense) y Palito Negro (Adiantum chilense). También se puede observar Quila (Chusquea quila), Chilco (Fuchsia magellanica) (ver foto 8), Limpiaplata (Equisetum bogotense) (ver foto 9) y Paico (Chenopodium chilense) (ver foto 10) .
Mientras nos maravillábamos con el entorno el yerbatero se refirió a las múltiples propiedades de las plantas presentes, como se observa en la foto 6. También describió algunas preparaciones como la Torta de Culle (ver foto 7) elaborada de Culle (Oxalis rosea) y otras hierbas, las que serían un gran aliado en el cuidado de afecciones relacionadas al ciclo menstrual, al igual que el Chilco y la Costilla de Vaca, las cuales tienen propiedades emenagogas y abortivas (Menegoz & Zapata, 2017) (MHT, 2010).
Otra importante especie presente en lugares con mayor humedad es la Limpiaplata (ver foto 9), la cual es ampliamente conocida por su efecto diurético, por lo que debe ser usada con precaución en pacientes con problemas cardiovasculares. También tiene una potente acción abrasiva debido a su alto contenido en silicio y otros minerales, de ahí su nombre (Schrickel & Bittner, 2010), (Menegoz & Zapata, 2017), (MHT, 2010).
Otra especie observada fue el Paico (Chenopodium chilense) (ver foto 10), el cual tiene propiedades antiespasmódica, vermífuga, emenagoga y antiinflamatoria (Menegoz & Zapata, 2017) (MHT, 2010).
Siguiendo el recorrido nos encontramos con muchas otras especies nativas o endémicas como Palo Negro (Podantus mitiqui) (ver foto 11), Roble (Nothofagus obliqua) (ver foto 13), Deu (Coriaria ruscifolia) (ver foto 14), Corontillo (Escallonia pulverulenta) (ver foto 15), Llaupangue (Francoa apendiculata) (ver foto 16), Cabello de Ángel (Cuscuta chilensis) (ver foto 17), Tola Blanca (Proustia pyrifolia) (ver foto 18) y Naranjillo (Citronella mucronata) (ver foto 19) (Donoso Zegers & Ramírez García, 2000) (Menegoz & Zapata, 2017).
De estas especies destacan el Palo Negro (ver foto 11), conocido en la herbolaria tradicional como anticancerígeno. Su estado de conservación no está descrito, pero pudimos constatar en terreno que son afectados por la extracción indiscriminada y degradación de su entorno, por lo que muchos ejemplares presentaban un estado visiblemente deteriorado (ver foto 12).
Otro ejemplar que destaca es el Roble (ver figura 13) cuyas ramitas se pueden usar en una decocción para bajar la fiebre (Menegoz & Zapata, 2017). Además, el Roble tiene una gran función en la naturaleza al lograr una asociación micorrícica con hongos como Loyo (Butyriboletus loyo), Lebre (Cortinarius lebre) y Changle (Ramaria sp). Los cuales también se encuentran en un estado de conservación vulnerable, siendo el Loyo una especie en peligro de extinción (Marín et al., 2018).
Otras de las especies nativas o endémicas que fueron observadas se describen desde la foto 14 a la 19. Muchas de estas no tienen estudios científicos sobre su composición química y actividad biológica, pero es muy probable que tengan principios activos con múltiples aplicaciones farmacéuticas. Lo que si está claro es que cumplen una importante función en su ambiente natural, aportando a la biodiversidad ecosistémica y al equilibrio necesario para la salud ambiental.
Como reflexión podría decir que este tipo de actividades son importantes para visibilizar la importancia de las plantas medicinales, y el manejo sustentable de estas. También tienen una importancia sociocultural porque pueden ser un gran sustento económico para personas yerbateras que viven de ello, y puede ser un gran complemento o alternativa medicinal para quienes recolectan o consumen con ese fin.
Por lo tanto, para una recolección más sustentable es indispensable saber cómo recolectar. Para esto se debe tener en cuenta que la mayoría de las sustancias con propiedades medicinales se encuentran en la savia de la planta. Por esto sirven solo plantas sanas, vivas y adultas. Plantas muy nuevas están en estado juvenil y aun no tienen formadas todas las sustancias. Plantas viejas o moribundas también tienen menos sustancias activas.
En general se cosecha a mediodía, con sol y la mínima humedad ambiental. Es necesario conocer muy bien la parte de la planta usada para no sacar partes que no corresponden y se debe procurar sacar la mínima cantidad necesaria con el fin de hacer el menor daño ecológico. Cuando se cosecha corteza hay que hacerlo en meses de otoño e invierno y jamás se debe sacar la corteza del tronco principal. Se debe sacar partes no muy extensas de las ramas menores.
Otro punto importante es que para minimizar el daño se requiere conocer el ciclo de vida de las plantas diferenciando las anuales de las perennes y según ello elegir la época del año para la recolección. Las plantas perennes se pueden cosechar durante todo el año y las plantas anuales se cosechan poco antes o durante la floración (Schrickel & Bittner, 2010).
Otro evento importante que marcó la jornada fue que desde que comenzamos el recorrido, a lo lejos se escuchaba el sonido de motosierras en acción, lo que puede ser común considerando que este sector es parte de un fundo de propiedad de Forestal Arauco.
Al seguir avanzando empezamos a notar el panorama desolador de cientos de restos de ramas que quedaron en el camino como desechos de la extracción indiscriminada, principalmente de Roble (ver fotos 20-26), además junto a estos se observó un bidón de aceite para motosierras botado (ver foto 27), pudiendo contaminar el entorno y al ser inflamable, aumenta el riesgo de incendio forestal.
Debido a esto, se hace necesario interpelar a las autoridades, para que si de verdad les interesa visibilizar a las plantas medicinales y sus propiedades, también se comprometan con la protección real de los ecosistemas seriamente afectados por la explotación del bosque nativo, la industria forestal, inmobiliaria y distintos megaproyectos que pueden destruir los pocos relictos de bosque nativo que van quedando en la comuna de Hualqui.
Bibliografía
Donoso Zegers, C., & Ramírez García, C. (2000). Guía de reconocimiento de Arbustos nativos de Chile (CONAF, Ed.; 4th ed., Vol. 2). Marisa Cúneo Ediciones.
Marín, C., Torres, D., Furci, G., Godoy, R., & Palfner, G. (2018). Artículo de revisión State of the art in the conservation of the kingdom Fungi in Chile. Conservación, Gestión y Manejo de Áreas Silvestres Protegidas, 98-115. www.indexfungorum.org
Menegoz, K., & Zapata, A. (2017). Flora cordillerana del 'uble y sus usos tradicionales (1st ed.). FONDART.
MHT Medicamentos Herbarios Tradicionales-103 especies vegetales. (2010). https://www.minsal.cl/wp-content/uploads/2018/02/Libro-MHT-2010.pdf
Schrickel, S., & Bittner, M. (2010). La salud en nuestras manos (Segunda edición).