Desde la Junta de Vecinos Norte de la Isla Mocha señalaron a RESUMEN que el accidente de este domingo representa una muestra más del abandono en que el Estado y sus instituciones en la región, tienen a la comunidad mochana. Sin barcaza que transporte personas y con un servicio de avioneta particular suspendido tras la tragedia, temen por posible desabastecimiento en insumos médicos o escolares, considerando que solo una empresa se está haciendo cargo del traslado, que según la Delegación Presidencial del Biobío, comenzó a operar recién la semana pasada, luego de tres meses de ausencia. 

Por Juan Contreras Jara

Una segunda tragedia enluta a la comunidad mochana en menos de dos meses y nuevamente, implica al transporte y conectividad de la isla con el continente. Esta vez, el accidente aéreo que terminó con cuatro personas fallecidas y en estado grave de una quinta, demostró una vez más la falta de alternativas de conectividad que tienen las y los habitantes de Isla Mocha, considerando que tras la tragedia se suspendió una de las pocas opciones de traslado que tenían ante la reciente licitación de la avioneta subvencionada.

La comunidad no solo lamentan el fallecimiento de cuatro de sus vecinos, ocurrido la tarde del pasado domingo, sino que insisten en el «abandono» del que son víctimas. Dicha frase viene resonando hace décadas en la Isla Mocha. Insisten en que la capacidad de respuesta de las autoridades regionales continúa al debe, acotando que: » estamos a la deriva cada vez que ocurre un accidente en la isla, los protocolos son muy lentos».

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Lo anterior, expresan desde la Junta de Vecinos Norte de la isla, se evidenció en que tras el lamentable accidente aéreo, ocurrido cerca de las 15:00 horas, «sacaron los cuerpos recién a las 6 de la tarde, cuando hubo mejores condiciones climáticas. Nosotros en la isla decíamos, ¿por qué la Armada o Carabineros no mandaron helicópteros enseguida? Estuvieron horas tirados, esperando que un fiscal diera un permiso. Nos sentimos muy dolidos y muy abandonados».

Otro tema que resaltan desde la organización vecinal tiene que ver con el limitado acceso a transporte, que tras la tragedia de este fin de semana -el segundo de su tipo en 10 años- expresan sentirse aún más desconectados. Lo anterior, debido a que la barcaza que hasta el año pasado transportaba pasajeros, dejó de hacerlo y la avioneta subvencionada estuvo ausente por más de tres meses.

En esta línea, desde la Delegación Presidencial del Biobío, Humberto Toro, subrogante en el cargo, comentó que: «no es tan fácil recurrir a que empresas que tienen aviones puedan participar de los llamados que nosotros hacemos, es tan así que en el último llamado a licitación terminó presentándose una sola empresa». Más allá de informar la falta de oferentes, desde el Gobierno en la región no han informado sobre la ampliación del servicio subvencionado.

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La situación antes descrita tiene en ascuas a la comunidad mochana, desde donde se preguntan «¿qué va a pasar con las rondas médicas que traía Juan Carlos Paul? ¿Qué va a pasar con los insumos médicos que nos enviaban para la posta?, con la alimentación de la escuela, con los útiles, porque Paul no solo hacía vuelos particulares, sino que también con la municipalidad, donde él transportaba insumos, materiales, mercadería, etc».

Sobre esta falta de claridad por parte de las autoridades regionales y la precaria situación de conectividad de la Isla Mocha, desde la JJVV Norte acotan que, «siempre es lo mismo, siempre hay silencio y nosotros a la deriva, esperando a ver qué pasa». En diciembre del año pasado, comentan, realizaron un levantamiento con todas las falencias que les aquejan como comunidad, pero hasta la fecha, «nunca tuvimos respuesta de parte de nadie, ni de la municipalidad, ni del GORE ni de la Delegación Presidencial».

Una vez más, la conectividad de la isla Mocha hace noticia por una tragedia. Acusan que esta situación se suma a falencias tan graves como no contar con agua potable, afrontar intermitencia en servicios como electricidad e internet y mantener una posta que carece de personal e implementación. Esto quedando de manifiesto con el accidente sufrido por el pescador Alvaro Vielma, de 27 años de edad, quien, según parte de la comunidad, murió finalmente en la posta de la isla, presuntamente, esperando por un traslado hacia el continente, hecho ocurrido hace menos de dos meses.