[resumen.cl] Desde el pasado 11 de junio, trabajadores y trabajadoras organizadas en el sindicato de Isapre Nueva Más Vida, efectúan una movilización denunciando la intransigencia por parte de la empresa durante el último proceso de negociación colectiva respecto a obtener reajustes salariales y mejoras en cuanto al trato de las gerencias hacia las y los funcionarios.
Sin lograr un acuerdo entre las partes, finalizaron hoy las negociaciones entre Isapre Nueva Masvida S.A. y el Sindicato. De acuerdo a lo señalado por la directiva de la agrupación, tras presentar una nueva propuesta, no fue posible un acuerdo pues ésta no se acercó a las aspiraciones de los miembros del sindicato.
La movilización se inició luego de más de 50 días de negociaciones que se encontraron con la negativa por parte de la gerencia de la ISAPRE Nueva Masvida. El presidente de sindicato Álvaro Michea declaró a Resumen el día del inicio de la huelga que "luego de la mesa negociadora, que contó con la intervención de la Inspección del Trabajo, no llegamos a un acuerdo con la empresa, básicamente porque ésta no hace ningún esfuerzo por sus trabajadores. Pedimos un reajuste salarial mínimo, del 5% y además, que los trabajadores que tengan una renta demasiado baja, reciban un aumento. La disparidad salarial aquí en la Isapre es muy grande, tenemos administrativos con sueldos de $300.000 y la empresa durante el 2017, tuvo utilidades de más de 8 mil millones de pesos."
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Michea indicó el día de hoy que los trabajadores estaban esperanzados en tener una última oferta del empleador, pero consideraron que la propuesta era insuficiente, lo que conllevó a solicitar la mediación de la Inspección del Trabajo de Concepción con el fin de llegar a un acuerdo favorable para ambas partes y así evitar la radicalización de las posiciones.
El tesorero del sindicato, Joaquín Varas, declaró a Resumen los motivos para mantener la movilización:
Durante la mediación, agregaron los dirigentes, la empresa no presentó una nueva oferta formal e intentó traspasar la responsabilidad al sindicato de fijar las bases para poder comenzar a negociar, situación que califican como de la falta de voluntad para continuar el proceso de mediación, y por ende dieron éste por finalizado.
Por otra parte, también ven con preocupación la política de trasladar la gerencia a Santiago, alejando la cabeza visible de la empresa:
Desde el principio de la negociación colectiva, la empresa no estuvo dispuesta a reconocer como legítimos los puntos del petitorio presentado, negando en primera instancia todo lo solicitado. Transcurrido el tiempo legal de la negociación, la empresa flexibilizó en algunos puntos su posición. Sin embargo, según los dirigentes, se ejercieron medidas de presión al fijar un plazo perentorio para la firma del convenio colectivo, lo que el sindicato consideró fuera de lugar.
Los representantes indicaron que, lamentablemente, en la mesa de trabajo de Nueva Masvida no ha participado el Gerente General, sino sólo un equipo de trabajo técnico, dando a entender que la negociación colectiva no forma parte de las prioridades dentro de la organización y restándole la importancia debida a las peticiones de los cerca de 200 trabajadores que se desempeñan en la Casa Matriz de Concepción.
"Como trabajadores nos encontramos desilusionados por el actuar de la empresa y preocupados por el impacto que pueda tener la huelga en los afiliados y beneficiarios, los prestadores, instituciones de salud públicas y privadas, proveedores y todos quienes estén ligados directa o indirectamente a Isapre Nueva Masvida S.A".
Además sostienen que "el único camino que nos queda como organización es hacer frente a la huelga legal, escenario al que nos llevó la intransigencia de la empresa en la forma de llevar adelante esta negociación, con presiones y prácticas desleales que atentan contra la buena fe de las partes en este proceso y que este sindicato y sus integrantes no estamos dispuesto a aceptar".
La directiva llamó a sus asociados a mantenerse unidos y atentos en este proceso que comenzará con la huelga mañana 8 de junio de 2018, la cual creen será difícil tanto para los miembros del sindicato como para la empresa y funcionarios no sindicalizados, pero reconocen que es la etapa que corresponde asumir ante la negativa del empleador a reconocer el esfuerzo, los beneficios ya ganados y las legítimas aspiraciones de la organización.