Cuando Sebastián Piñera afirmó que la multitud que en octubre de 2019 protagonizaba protestas era un "enemigo poderoso e implacable" y que se estaba en guerra en su contra, fue entendido como un exabrupto. Sin embargo, la revisión de diversos documentos filtrados por el grupo Guacamaya del Estado Mayor Conjunto chileno, evidencian que gran parte del trabajo destinado a vigilar potenciales riesgos de la seguridad nacional está destinado a organizaciones sociales.
Por Aniceto Hevia
Damos algunos casos:
La transmisión en vivo del Conversatorio «Salud, Autogestión y Territorio», convocado por la actual concejala de Concepción, Claudia Arriagada; una Manifestación y cacerolazo por el retiro del 10% y en rechazo a las AFP, en Osorno; manifestaciones exigiendo justicia ante la muerte de Antonia Barra, convocadas por agrupaciones como Colectivo Feminista Hijas del Trueno de Talca, Feministas Dalcahue, Coordinadora Haciendo Hermandad de Castro, Colectiva Feminista Cuerpo Violeta de Los Ángeles. Todas estas actividades están registradas en una planilla enviada el año pasado «Por encargo del Director de la Agencia Nacional de Inteligencia» a miembros del Estado Mayor Conjunto chileno (EMCO). En ella, se informa de las actividades que se realizarían los días 23 de julio y siguientes, además de calificar el posible impacto de cada una con el criterio de bajo, medio y alto.
En el documento "SITUACI"N DE INTELIGENCIA 28.SEP AL 04.OCT.2020", elaborado por el propio EMCO, calificado como secreto, se expone en la lámina titulada "ámbito social" un gráfico que registra caravanas, cicletadas, banderazos, concentraciones, conversatorios, velatones, cacerolazos entre otras actividades como parte del registro de un trabajo de inteligencia. Todo esto se suma a los antecedentes que evidencian que eran sujeto de observación agrupaciones dedicadas a sostener ollas comunes y recolectar alimentos para la comunidad durante el primer año de la pandemia.
Las evidencias apuntan a que la llamada doctrina de seguridad nacional, basada en la premisa de la existencia de un enemigo dentro del país, encarnado en el pueblo y sus agrupaciones, que amenaza la seguridad de su población, está plenamente vigente. Todos los informes de inteligencia consultados hasta ahora, del EMCO y la Policía de Investigaciones, registran actividades de organizaciones sociales, como si en ellas hubiese un potencial peligro. Mientras que situaciones asociadas al narcotráfico, la trata de personas, crímenes y delitos ambientales, que efectivamente exponen a la población a riesgos y perjuicios graves e irreparables, prácticamente no figuran en los documentos de la "inteligencia" nacional.
Foto principal extraída de radiosregionales.cl