[resumen.cl] El exprofesor de la carrera de Periodismo de la Universidad de Concepción, Tito René Matamala Aburto, desvinculado tras un sumario por acoso sexual, presentó una demanda por más de 169 millones de pesos contra la casa de estudios por supuesto «despido injustificado». En la acción legal serán testigos de Matamala: Sergio Hernández Osuna, Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales; Claudio Jofré Larenas, director del Departamento de Comunicación Social de la facultad; Gilberto Morales Colipe, jefe de la carrera de Periodismo; y Alonso Benavides Medina, profesor de la carrera de periodismo en la Universidad de Concepción (jornada completa) y de la Universidad del Desarrollo (media jornada).
La acción legal patrocinada por el abogado Luis Rodríguez, fue ingresada el 7 de septiembre de 2018 y apunta a un supuesto «despido injustificado», junto a una "denuncia de tutela laboral por vulneración de derechos fundamentales con ocasión del despido e indemnización de perjuicios por daño moral" por un monto de $100.000.000, más $69 millones por otros conceptos, alcanzando un total de $169.411.895.
En la demanda, Matamala sostiene el proceder de la Universidad de Concepción habría vulnerado sus derechos y su integridad, pues la institución no consideró sus problemas personales. Asimismo, continúa aseverando su inocencia frente a las acusaciones de acoso sexual, calificándolas de «hechos falsos e injuriosos» que le habrían provocado «un grave daño» y depresión, «causándole un daño físico en su salud que casi le llevaron a perder la vida».
Lo delicado de la acción legal es la demostración que hay funcionarios y altos cargos de la Facultad de Ciencias Sociales que aún justifican el acoso sexual, profesores que este año están asumiendo buena parte de la malla curricular de la carrera. El Vicedecano Sergio Hernández, el director del Departamento de Comunicación Social Claudio Jofré, el jefe de carrera Gilberto Morales y el profesor Alonso Benavides al hacerse parte de la demanda como testigos, lo que realmente hacen es «atestiguar» el sumario de la misma universidad no llegó a resultados fidedignos, lo que se traduce en una nueva vulneración a las víctimas y un hecho de suma gravedad.
Tito René Matamala Aburto fue finalmente desvinculado de la Universidad de Concepción el 13 de junio de 2018, luego de un largo proceso de denuncias de las estudiantes de la carrera y de la coordinadora de periodismo que dieron inicio a que la fiscalía de universidad iniciara un sumario en que conocieron 18 testimonios y, tras más de un año, se comprobaron las acusaciones.
Puedes leer también: Acusan lentitud de investigación a profesor Tito Matamala por denuncias de acoso sexual en la U. de Concepción
«En términos prácticos es un proceso de cerca de dos meses. En este caso se prolongó en forma excesiva por una secuencia de licencias médicas. Y al terminar el proceso, una vez que estuvo el informe del fiscal, nosotros adoptamos una decisión en base a los antecedentes», manifestó el rector Carlos Saavedra en una entrevista al día siguiente de hacerse efectiva la desvinculación.
Los testimonios de las estudiantes son variados, pero a grandes rasgos se puede identificar un hilo en común: Invitaciones a su casa y a salir, a beber, comentarios sobre su apariencia, mensajes a altas horas de la noche, en los casos más graves, intentos de contacto físico. Uno de los casos más grotescos fue narrado por el mismo Tito Matamla en su libro -Financiado por FONDART- «Pubis y otras obsesiones» (2006), en que en uno de sus cuentos relata un episodio de acoso al interior de su vivienda y cómo la mujer, señalada con todos sus nombres y apellidos reales, logra zafar de la situación. La publicación trajo repercusiones en la vida personal de la víctima, quien asegura que lo expresado en el cuento es verídico, pero modificado para hacer ver que él fue la víctima de una mujer que lo «entusiasmó».
Puedes leer también: Entregan a Fiscalía denuncias de abuso y acoso sexual en la U. de Concepción
El proceso de investigación fue prologando reiteradas veces por Matamala, quien presentaba licencias médicas aduciendo que el sumario le traía consecuencias a su salud. Sin embargo, como lo expresa el sumario que era un documento interno de la universidad que se hizo público al presentarse como evidencia en la propia demanda, una tensa jornada se vivió cuando llegó a declarar a la Fiscalía universitaria en manifiesto estado de ebriedad, lo que es concordante con las acusaciones de las estudiantes que expresaban que llegaba a clases con hálito alcohólico y que fueron abordas cuando el docente se encontraba en este estado:
Finalmente, y pese a lo contundente del fallo, el exprofesor inició una demanda contra la UdeC para conseguir reparos económicos ante la situación a la que fue expuesto. La acción legal revela que hay docentes que aún no son capaces de comprender la gravedad de las situaciones de acoso al presentarse como testigos de Matamala, hecho de suma gravedad, más aún considerando que estos ocupan altos cargos al interior de la casa de estudios, demostrando que existió complicidad en intentar bajar la gravedad de las acusaciones al interior de la Facultad de Ciencias Sociales.