La administración de Joe Biden planea vender a Ucrania cuatro drones MQ-1C Gray Eagle. Estos pueden ser armados con misiles antitanque Hellfire, informó Reuters. Esto permitiría a las tropas ucranianas atacar objetivos con mayor alcance incluso en la retaguardia de tropas rusas.

Por: Macarena Montes

La venta de la empresa fabricante General Atomics podría ser bloqueada por el Congreso, lo cual podría significar un revés para este plan que el Pentágono lleva adelante por varias semanas.

Cabe señalar que el ejército ucraniano has estado usando varios tipos de drones armados de corto alcance tales como el estadounidense RQ-20 Puma AE y el turco Bayraktar-TB2.

Sin embargo el MQ-1C Gray Eagle tiene prestaciones mucho más avanzadas. Entró en operaciones en 2009 como una versión avanzada del clásico MQ-1 Predator.

Su velocidad máxima es de 278 km/h y su techo de operaciones es de 7.600 metros. Puede volar durante entre 30 a 40 horas seguidas con un alcance de 4.630 kilómetros.

Además de recopilar datos de inteligencia, los drones MQ-1C Gray Eagle pueden portar misiles Hellfire aire-superficie de corto alcance, con guía láser o con buscador de frecuencia de radar.

Foto: Sistema HIMARS en el centro de entrenamiento de combate Yakima en Washington, año 2011. Créditos: Tony Overman/Olympian/AP. Extraída de https://www.washingtonpost.com

A esto se suma el anunció de enviar el sistema de cohetes de precisión HIMARS, con un alcance aproximado de 72 kilómetros. La administración de Biden decidió enviar este tipo de armamento dejando fuera al demoledor Sistema Avanzado de Misiles Tácticos (ATACMS, por sus siglas en inglés) que tiene un alcance de hasta 300 kilómetros.

Este armamento es parte de un paquete de 700 millones de dólares que incluye radares contra artillería, misiles antitanque Javelin, y helicópteros Mi-17, indicó el Pentágono citado por The Washington Post

La administración Biden aseguró que Ucrania garantizó que no dispararía hacia territorio ruso, algo que analistas ponen en duda debido a la cercanía con la frontera rusa y especialmente irregularidad de las tropas ucranianas, las que incluyen elementos mercenarios, ultranacionalistas y de extrema derecha en sus filas.

El secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken señaló que Ucrania dio «garantías de que no usará estos sistemas contra objetivos en el territorio ruso»

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Mientras que el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov declaró que esto representa «una provocación directa destinada a involucrar a Occidente en las acciones militares».

La guerra que comenzó a finales de febrero ha devastado pueblos y ciudades en Ucrania, ha dejado miles de muertes y millones de personas desplazadas. Ambos bandos presuntamente han cometido brutales violaciones de Derechos Humanos. Tanto soldados rusos como ucranianos han sido acusados de arrasar zonas civiles con artillería, ejecutar civiles, perpetrar violaciones y aplicar inhumanas torturas.

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Además, el conflicto afectó el funcionamiento de la agroindustria en la región del Mar Negro, con bloqueo de cosechas y de silos completos con granos almacenados. Por otra parte, las sanciones económicas contra Rusia agudizaron la interrupción del flujo de suministros como fertilizantes para la agricultura industrializada en distintas regiones del mundo.