Con la necesidad de encontrar puntos en común y dar a conocer las situaciones de todas las mujeres movilizadas y organizadas, el Encuentro Nacional de Mujeres Autoconvocadas realizado en 2018 que en cifras oficiales reunió a 750 mujeres, movilizó a compañeras feministas de todo el país, juntándolas en un mismo espacio para trabajar en líneas futuras a abordar, y talleres que potenciaron la reflexión, la unión y la necesidad de promover espacios no sexistas en todos los ámbitos sociales y educativos.
Por Kathia Cancino Rojas
El Encuentro Nacional de Mujeres Autoconvocadas (2018) fue un hito histórico que marcó un antes y después en la organización femeinista nacional. En un espacio descentralizado, representantes de las tomas feministas de todo el país viajaron a las dependencias de la Universidad del Bío-Bío para compartir sentires, analizar el panorama contingente del momento y enfatizar en la urgencia de cortar de raíz las prácticas patriarcales en las que los espacios sociales y educativos, aún en la actualidad, se encuentran imbuidos.
Al respecto, Amapola, estudiante de Arquitectura en el año 2018 de la Universidad del Bío-Bío y parte del grupo organizador del evento, explicó la instancia como un torbellino de rápida creación y una increíble capacidad de gestión. "Pudimos demostrar nuestra capacidad de organización para levantar un encuentro con cientos de personas, que se tuvieron que alimentar, alojar y además, entregar la formación política que trabajamos en ese momento", indicó.
Para tal masividad, se formaron varios equipos de coordinación que trabajaron exhaustivamente durante un mes en diferentes ejes de trabajo. La exestudiante de la casa de estudios penquista explicó que «lo hicimos de esta manera para poder alcanzar todas las temáticas que nos conciernen. El feminismo se encarga de ver todo tipo de temáticas: responsabilidad de la sostenibilidad de la vida, labores de resistencia, insistencia y propuestas para un futuro que venga con cambios sustanciales en materias de género«.
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Sofía Cifuentes, periodista de la Universidad de Concepción y también miembra del grupo organizador del Encuentro, manifestó que el evento fue una respuesta natural a las problemáticas de género de las universidades del país. En el caso de la toma feminista de la Universidad de Concepción, Cifuentes sostuvo que una vez enteradas las chicas de la Universidad Austral -quienes dieron inicio a las paralizaciones del Mayo Feminista-, viajaron a la toma de la Facultad de Educación para conversar sobre las problemáticas comunes.
"Nosotras nos dimos cuenta que estábamos todas en la misma; que estábamos pidiendo que se erradicara el sexismo en la educación, que hubiera políticas de equidad de género en las instituciones, que hubiera manuales de buenas prácticas, que hubiera protocolos de denuncia en los casos de abuso y denuncias de abuso sexual dentro de la Universidad, acompañamiento para las víctimas (…), que se fueran los profes que estaban haciendo mal las cosas, ejerciendo violencia simbólica, verbal y física en contra de las estudiantes. Nos dimos cuenta que era un petitorio nacional y que no estábamos solas", expresó.
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Finalmente, tales urgencias desembocaron en el Encuentro Nacional de Mujeres Autoconvocadas, donde se unificaron las voces para poder trabajar durante dos días continuos. "Fue una instancia maravillosa, donde pudimos encontrarnos cientos de personas para poder hablar de estas cosas, lograr tener luces de cómo poder seguir movilizándonos y como íbamos calando en el feminismo (…). Además, creamos un punto cúlmine de ruptura simbólica contra las autoridades masculinas que estaban en estos espacios institucionales, y de poder pensar y crear en conjunto para poder vivir", recalcó Amapola.
De igual manera, la ex estudiante de la Universidad del Bío-Bío precisó que la energía presente en el momento era extensa: "Venía desde la rabia, desde la indignación, la pena, el dolor, teniendo que movilizar a todo un país en pleno invierno para venir a una ciudad que las recibió con lluvia. Y en términos subjetivos también marca un hito importante, porque todas las personas que lo vivimos lo recordamos como un hito memorable, donde estuvimos todas juntas confluyendo con todo tipo de ideas y de expresiones".
Asimismo, explicó que el Encuentro fue parte de entender que el feminismo necesita estar siempre cuestionándose, rompiendo y cuestionando sus propias jerarquías y términos de autoridad. "Entender sobre todo la interseccionalidad porque como estudiantes universitarias que levantamos ese encuentro, creo que nos cuestionamos poco nuestro privilegio en torno a la cultura y posición socioeconómica".
Bajo la misma línea, Cifuentes agregó que se pensó en primera instancia la posibilidad de levantar un petitorio nacional, pero que el Encuentro se realizó en un contexto de negociaciones por parte de las tomas nacionales.
Sin embargo, existió una trascendencia en la realización de tal instancia, marcada por la unión entre mujeres que dejó en claro, en palabras de la periodista, que no eran pocas sino demasiadas las que estaban exigiendo lo mismo.
Fotografía principal: Camila Lasalle