Las elecciones legislativas francesas de ayer domingo vinieron a graficar un giro histórico en la política francesa, que ya de alguna forma se anunció en las resientes elecciones presidenciales del 10 de abril pasado: La izquierda, otrora poderosa fuerza política, pero desaparecida por décadas, vuelve a irrumpir en el escenario legislativo.
Por Joaquín Perez
Los resultados oficiales hablan esta mañana de un empate entre la coalición "Ensamble", que apoyan al gobierno recientemente reelegido de Emmanuel Macrom y las fuerzas de "Nouvelle Union Populaire Écologiste et Sociale" (NAUPES), que lidera el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, ambas con algo más del 26% de los votos. En tercer lugar, quedó la extrema derecha "Rassemblement National", liderada por Marine Le Pen, con el 18%, seguida en cuarto lugar por la derecha republicana francesa con el 13% del escrutinio.
Produciéndose un fenómeno político no ocurrido hasta el momento en Francia, que el partido que ganaba las presidenciales, no refrendara su triunfo en las parlamentarias que se realizan inmediatamente después, lo que compromete la gobernabilidad en un país donde el presidente comparte responsabilidades con un primer ministro que sale del parlamento.
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Francia llevaba dos elecciones presidenciales consecutivas definidas entre un candidato neoliberal, que en términos políticos posa de centrista, Emmanuel Macrom y una candidata de extrema derecha, Marine Le Pen.
Sin embargo, en la última elección del 10 de abril pasado, Mélenchon estuvo muy cerca de pasar a la segunda vuelta, alcanzando el 21,95% de los votos, muy cerca de la extrema derecha de Lepen, que obtuvo un 23,15 % y del propio Macrom, que llegó al 27.85 %.
En las elecciones presidenciales de abril pasado, Mélenchon fue perjudicado por la dispersión del voto de izquierda, debido a que además de su candidatura, se presentaron también a la carrera por la presidencia, los verdes con Yannick Jadot (4,6%), el comunista Fabien Roussel (2,3%), la socialista (2,1%) y las candidaturas trostkistas de Philippe Poutou ( 0,8%) y Nathalie Arthaud ( 0,6%). Por estos y otros motivos, era obvio que dicha dispersión del voto permitiría que se repitiera el mismos escenario de 2017 en la segunda vuelta de 2022: un neoliberal frente a una candidatura de extrema derecha.
El Desafío de Mélenchon
Melenchón lanzó el desafío a las fuerzas de izquierda inmediatamente terminada la elección presidencial, la izquierda debe agruparse y convertir las parlamentarias de junio en una tercera vuelta de las elecciones presenciales, lo que efectivamente ocurrió.
La izquierda paso de 58 escaños de las elecciones legislativas del 2017, a una cifra que puede variar entre 150 y 210 escaños este año, manteniéndose a la espera de la segunda vuelta que se deberá disputar en diversos distritos, poniendo así en entre dicho la mayoría parlamentaria para la alianza de Gobierno.
En Francia, la izquierda estaba desaparecida del escenario político, pese a que tuvo el Partido Comunista y Socialista más poderosos de Europa Occidental, además de una izquierda trotskista siempre significativa.
Durante la ocupación nazi, en Francia se inventaron los gobiernos de Frente Popular, Socialistas, Comunistas y partidos progresistas de la pequeña buguesia. Los comunistas dominaron la mayor parte de los grupos de resistencia (maquis) y fueron parte del gobierno del General de Gaulle, tras la "Liberatión" (1945), obteniendo 159 de los 586 escaños (30%) en las elecciones parlamentarias del 21 de octubre de 1945.
Este escenario se mantuvo durante la V República. En las elecciones legislativas de 1973, el PC alcanzó el 21% y el PS el 23%, solo entre los dos partidos dominaban casi la mitad del electorado, junto a otros de izquierda pasaban el 47% de los votos.
Pero nos fue hasta las elecciones presidenciales de mayo de 1981 que la izquierda vuelva al poder en Francia, en aquella segunda vuelta el socialista Francois Mitterrand logró pasar la barrera de la mayoría absoluta, siendo elegido presidente de la República con un 51,8 % de los votos.
Tras el derrumbe del muro de Berlin (1989) el PCF inicia su caída, mientras el partido socialista comienza una deriva centrista que en los últimos años lo acercó a políticas neoliberales. De ahí en adelante la política francesa comenzó a ser dominada por partidos neoliberales y su única respuesta era la extrema derecha, que llegó incluso a los barrios obreros.
Mélenchon ya había obtenido un 19,58% de los votos en las elecciones presidenciales del 2017, en aquella oportunidad fue cuarto frente a un centrista Marom, Le Pen de extrema derecha y la derecha republicana que fue tercera. Sin embargo, fue un triunfo, pues se alzaba como el más votado de la izquierda y por ello, la única oportunidad para su reposicionamiento en la política institucional francesa.
En las presidenciales recientes subió del 19,58% al 21,95%, situación que lo dejó a un paso de disputar la segunda vuelta y con ello instaló en la izquierda la necesidad de concentrar el voto en torno a su proyecto político (Insumisos). Lo anterior quedó expresado en las elecciones de ayer domingo, donde los partidos Ecologista, Comunista y Verde se unieron a la Francia Insumisa de Mélechon, conformando la Nueva Unidad Popular Ecologista y Socialista (NAUPES).
Foto prinicpal: Clarin.com