EDITORIAL| La frivolidad

Esta semana han aparecido un sinfín de comentarios en relación con los audios del caso Hermosilla. La verdad es que no debiera sorprender a nadie el tono y las formas en que la derecha y sus amigos, en todas sus variantes discute sus negocios, porque para ellos la política, la justicia, la cultura, toda actividad humana es un negocio; pero el que no sorprenda no significa que no moleste y sulfure.

Por otra parte, a la izquierda solo le interesa relevar estas situaciones, que pronto esperemos sean tratados como delitos, por el rédito electoral que podría comportarles y beneficiarles en un momento difícil para el gobierno Boric, producto de la crisis social provocada por grupos narcos, además de la carestía de la vida.

Así, la sensación popular puede variar entre la indefensión, que provoca miedo al futuro, temor por el desfondamiento de todo lo conocido. Esta sensación es muy peligrosa, porque se alimenta del refugio en el proyecto personal, cuestión respaldada por el cuerpo de ideas neoliberales que se sostienen por amplios sectores ideológicos del país.

Por otra parte, la rabia se apodera de grupos crecientes dentro de la sociedad, la sociedad sulfurada que vimos en 2019, que algunos llaman octubrismo, no ha desaparecido, y aunque carece de proyectos e ideas claras, se activa con facilidad ante el abuso del poder instalado en la política y el mercado. La rabia se ve aparecer en muchos espacios y hoy no se puede saber por dónde se canalizará.

En definitiva, la vulgaridad de los audios judicializados se ha respondido con la frivolidad de la política, que no sabe o no quiere responder con proyectos decididos y orientados que den certezas al país, sobre todo a las clases populares, que las clame ante la ansiedad que provoca la indefensión y que viabilice la rabia que con justa razón moviliza a muchos más cada día.

RESUMEN

Estas leyendo

EDITORIAL| La frivolidad