Una agenda privada que plantea la reunión con diversas "actorías" en torno a los conflictos de la zona llevará adelante la jornada de este martes la ministra del interior, Izkia Siches.
Por Felipe Soto Cortés
Siches viene con la misión de tratar de establecer un nuevo diálogo con los poderes fácticos locales y las comunidades mapuche.
El tablero del gobierno podría verse afectado pues ya se produjeron 2 atentados incendiarios de Weichan Auka Mapu contra intereses latifundistas en la Provincia de Arauco, los que se dan también en el marco de una huelga de hambre que cumple 14 días, llevada adelante por José Tralcal y Luis Tralcal, ambos condenados por el homicidio del matrimonio latifundista Luchsinger-Mackay, en un juicio sumamente cuestionado.
A esta huelga se sumaron comuneros mapuche de la cárcel de Angol que cumplen 7 días de esta extrema medida, los que exigen que Gendarmería respete los acuerdos pactados con los presos políticos mapuche en huelgas anteriores.
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Paz en la Araucanía
El mentado slogan de "Paz en la Araucanía" ha sido ampliamente utilizado por los sectores más reaccionarios de la sociedad para justificar la presencia policial y militar en territorios en conflicto por reivindicaciones de comunidades mapuche.
Este slogan se consolidó con la ampliación de Estados de Excepción Constitucional en dichas zonas, lo que ha permitido la presencia militar resguardando intereses latifundistas y forestales, generando enfrentamientos y radicalizando aún más a las orgánicas autonomistas mapuche.
Es decir, tras del slogan de paz está, contrariamente a lo que la define, el control militar chileno de los territorios reivindicados por comunidades indígenas.
El presidente Boric señaló "vamos a estar disponibles para conversar con todos quienes quieran la vía de la paz. Para mí es importante que quienes quieran insistir en una vía violenta para reivindicar sus objetivos, desde nuestro punto de vista están equivocados y, por cierto, tienen que enfrentar el derecho. El Estado de Derecho en Chile lo vamos a hacer respetar".
Si es este tipo de paz la que plantea Boric: ¿En qué se diferencia de las políticas de los bloques de los últimos 30 años respecto al conflicto del Estado chileno con el pueblo mapuche?
Siches visitará la zona junto a su comitiva. Dentro de su equipo está el Subsecretario de Interior, el PS Manuel Monsalve, quien por cierto no tiene incidencia en la actual política de las comunidades mapuche. Ni el ni su partido, de hecho son reconocidos como parte del problema.
¿Con quién dialogará entonces Boric?
Mi opinión, es como lo señalé hace unas semanas, que el diálogo "progresista" llega a destiempo al conflicto del Estado chileno con el pueblo mapuche. No hay agua para la piscina de Boric y Siches. Y de Monsalve.
Si bien el fin de la aplicación del Estado de Excepción será un gesto, debe saberse de antemano que las policías en las zonas de conflicto ejercen un control militar del territorio.
Además, Weichan Auka Mapu, la Resistencia Mapuche Malleco, la Resistencia Mapuche Lafkenche, la Liberación Nacional Mapuche y la CAM ya han advertido al nuevo gobierno que su política de recuperación territorial y lucha por la autodeterminación no cederá y de hecho, los sabotajes no se han detenido.
El llamado al diálogo no convence a una parte de un Pueblo Nación agredido por décadas por las policías, empresas transnacionales energéticas y el latifundio forestal y agrícola. Sin olvidar por cierto, el histórico despojo.
Si hay algo que han aprendido estos grupos y comunidades que se enfrentan contra las policías chilenas y privadas, contra miembros del Ejército y la Armada, es que la acción directa, la recuperación territorial y la autonomía política fortalecen su autodeterminación como pueblo. En ello, de hecho, han perdido la vida varios de sus militantes. Solo por mencionar los últimos: Yordan Llempi y Pablo Marchant.
Son cientos de hectáreas recuperadas que hoy se encuentran bajo control de comunidades mapuche que apuestan por esta vía. ¿Por qué deberían, entonces, dialogar con quienes representan el poder forestal, latifundista y transnacional?.
No obstante, esto es solo una parte de la realidad que se vive en Wallmapu. Grupos delictivos también existen -y han existido siempre- en las zonas rurales. El bandidaje devenido en delincuencia común y también en tráfico de drogas, es parte de lo que se vive en la zona, como en todo Chile.
Sin embargo, las monstruosas patrullas, los anfibios blindados, las policías militarizadas y las Fuerzas Armadas no son utilizadas contra estos grupos delictivos.