Acorde al calendario planteado por el propio Gobierno, tres meses quedan para que el proceso de diálogo y participación de la Estrategia Nacional del Litio termine. En el entretanto, las negociaciones con el empresariado y Codelco han continuado, alejando la promesa de un rol preponderante de la participación de la población en puntos estratégicos de la política sobre el recurso.
Por J. Arroyo Olea
Con apenas una semana de antelación el Ministerio de Minería difundía públicamente en sus redes sociales la realización del primer diálogo en el marco de la implementación de su Estrategia Nacional del Litio (ENL), la cual fue lanzada en abril de este año en cadena nacional por el presidente Gabriel Boric.
Así, el 13 de octubre en la Universidad de Atacama se realizó la actividad tras casi seis meses de nula convocatoria a diálogos y procesos de participación con organizaciones sociales o comunidades indígenas.
Y es que los plazos progresivamente van apretando la agenda del proyecto del Gobierno, teniendo en cuenta que según su propio calendario de implementación, en diciembre deberían verse reflejados los espacios de participación en puntos tan esenciales como la Empresa Nacional del Litio, la modernización institucional o el propio Instituto Tecnológico y de Investigación Público de Litio y Salares comprometido por el Ejecutivo, procesos que también se deberían enmarcar en el Convenio 169 de la OIT y el Acuerdo de Escazú.
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De esta forma, son sólo tres meses los que se consideran para procesos de diálogo y participación: octubre, noviembre y diciembre. Concretamente, la ENL -en términos de participación- busca recoger «las preocupaciones y expectativas de diversos actores en torno al desarrollo de la industria del litio, que aporte a las definiciones para la modernización institucional que asegure el desarrollo sostenible del sector, incluyendo la creación de la Empresa Nacional del Litio y actividades específicas del Instituto Tecnológico y de Investigación Público de Litio y Salares».
En la Universidad de Atacama, Aurora Williams, ministra de Minería, señaló que «nuestro país tiene todos los aspectos competitivos para liderar esta transición energética», refiriéndose al impulso global por la descarbonización y enfoque hacia la electromovilidad, como también a otras fuentes de energía.
Sin embargo, pese a que en la propia Estrategia Nacional del Litio se establece como una definición estratégica del proceso de participación y diálogos, éste no se ha nutrido desde espacios abiertos a la población. Mientras tanto, durante estos meses, se ha centrado la atención del Estado en las negociaciones con el empresariado respecto a la explotación de salares.
Tal es el caso de Codelco, quien tras reunirse con Corfo en mayo de este año, dio «el comienzo del proceso que permitirá incorporar al Estado de Chile directamente en las operaciones productivas de litio en el Salar de Atacama», informaron desde la estatal chilena.
Paralelamente, pareciera ser que el mercado del litio avanza, pese a no contar con las bases que el propio Gobierno se impuso. A modo de ejemplo, este martes en su gira por China el presidente Boric anunció una inversión de $233 millones de dólares para la instalación de una fábrica de baterías de este mineral en Mejillones, encabezada por la empresa Tsingshan Holding Group.
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Fotografía principal: original de Ministerio de Minería