[resumen.cl] A días de discutirse en el pleno del Senado el proyecto que permitiría la libertad de las y los presos políticos del Estallido Social, RESUMEN conversó con diversas organizaciones que han acompañado el proceso. Guacoldas es una de estas, la cual ha planteado que «la Batalla por la Libertad, en su faceta de solución política, ha de ser una de las batallas más potentes, coherentes y persistentes».
Este miércoles familiares y redes de apoyo de las y los presos políticos del Estallido Social iniciaron una huelga de hambre ante la discusión que iniciará el Senado el 2 de noviembre sobre el proyecto de ley de Indulto General, el cual permitiría dejar en libertad a personas procesadas por las protestas que iniciaron en octubre de 2019.
Para profundizar en la importancia del Indulto, RESUMEN conversó con la Agrupación de DD.HH. Guacoldas, originada a fines de la década de los ochenta e inicios de los noventa a partir de la prisión política que los primeros años de la transición implantó, siendo inicialmente "madres Guacoldas" y posteriormente "Agrupación de familiares y amigos Guacoldas" el nombre de la organización que funcionó hasta mediados de 2005 «ganando todas esas batallas a través de movilizaciones y tomas tanto en el interior de las prisiones como en la calle y que cuyo protagonismo de la conducción siempre estuvo en los(a) Prisioneros(a) Políticas(a) de la democracia ganando todas esas batallas a través de movilizaciones y tomas tanto en el interior de las prisiones como en la calle y que cuyo protagonismo de la conducción siempre estuvo en los(a) Prisioneros(a) Políticas(a) de la democracia».
Sin embargo, tras el inicio del Estallido Social, la agrupación retomó su trabajo ante la prisión política de militantes del Movimiento Juvenil Lautaro que incluso conllevó la realización de una huelga de hambre, proceso que afrontó el cambio de medidas cautelares y que decantó en que la agrupación continuó funcionando bajo el nombre de Guacoldas, dando una «apuesta gigantesca de luchar para que los DD.HH. sean un asunto fundamental para el desarrollo de la humanidad y para la vida plena de los pueblos y no solo referido a la prisión política».
La prisión política en postdictadura
Consultados por cómo se ha vivido durante estos años la prisión política, desde Guacoldas explican el rol que, durante los primeros años de transición, tuvo la Concertación en este fenómeno, pero que esa misma celda «se hizo lugar de lucha, de opinión, de consecuencia, de creación, de amor, de alegría, pena».
En este sentido, «la vida prisionera, siendo del todo dura, jamás trunco los sueños, la alegría y del vivir dignamente», lo cual contribuyó a la organización y presión social que terminó con la libertad de generaciones de prisioneros políticos y que toma un punto de inflexión con la Operación Vuelo de Justicia donde cuatro presos políticos del Frente Patriótico Manuel Rodríguez se fugaron exitosamente de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS).
Sin embargo, el reciente inicio de la prisión política tras el Estallido Social es conceptualizada por Guacoldas como «totalmente distinta», planteando la existencia de «un quiebre histórico con el patrimonio popular creado por décadas», donde se suman elementos como la masividad y casi en su totalidad compuesta por no militantes de orgánicas.
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Es así como Guacoldas ha definido la prisión política sobre el proceso del Estallido como «un castigo categórico contra cualquier intento de transformar la realidad», interpretando a la propia prisión preventiva como una condena «en la cual la democracia de las cosas no ha escatimado esfuerzo alguno, inclusive al costo de crear una de las prisiones políticas más cuantiosas del mundo y quebrantar su propio Estado de Derecho».
Sin embargo, también el ejercicio de prisión política demostraría la profundidad de una crisis en el modelo chileno, indican desde Guacoldas, donde «buscaron ejemplificar con un castigo bestial» la protesta social, siendo una «respuesta de represión brutal contra el legítimo derecho a la manifestación», decantando en una fragilidad donde, incluso, «se ha dejado establecido que la gran mayoría, sino la totalidad, de las causas no ameritaban prisión preventiva», señalan desde Guacoldas.
El Indulto General
Al igual que el resto de organizaciones y espacios que han acompañado la prisión política, Guacoldas plantea que el proyecto de Indulto General «es producto del bregar inquebrantable de los(a) familiares y amigos de los(a) Prisioneros(a) Políticos(a) de la Revuelta, quienes han sido capaces de instalar un sentido de justicia argumentado con tal envergadura que fue capaz de incrustarse como exigencia popular a lo largo y ancho del país».
En este sentido, apuntan a que son los tres poderes del Estado aquellos que se han visto involucrados en el proceder de la prisión política y, por ende, deben facilitar una salida política.
De esta forma, «indulto es una solución política para la Prisión Política de la Revuelta, que la misma democracia creó y que opera en su contra cotidianamente», reflexionan desde la agrupación, sumado a que «la Batalla por la Libertad, en su faceta de solución política, ha de ser una de las batallas más potentes, coherentes y persistentes».
Fotografía principal: Radio Universidad de Chile